Algunas de las calaveras literarias escritas por mis alumnos de segundo de secundaria este 2018, están en esta página.
Espero que las disfruten.
viernes, 2 de noviembre de 2018
domingo, 26 de agosto de 2018
El primer día hacia nueva etapa
Era el martes 2 de agosto cuando fue
el primer día hacia una nueva etapa más de mi vida, en que iniciaría una faceta
que costaría tres años de mi existencia, pero que al final de todo valdría la
pena.
En primera, la preparatoria es un gran
cambio para todos los estudiantes que vienen de secundaria; pero, en mi caso,
era totalmente diferente, pues yo además procedía de otra escuela.
El cambio de mi antigua escuela fue
muy duro para mí, ya que mis antiguos compañeros siguieron sus caminos a
diferentes preparatorias, Como yo, también tome una ruta diferente a la de
todos ellos.
Mi antigua escuela era de gobierno,
llamada Secundaria Técnica Número 4. En ella pasé momentos muy importantes para
mí, como cuando conocí a mis mejores amigos, que ahora los extraño demasiado.
El primer día de clases fue un poco
difícil, debido a que no es nada fácil entrar a una nueva institución con
completos desconocidos. Es triste que muchos de mis amigos, a quienes considero
como una familia, se vayan y se cambien de escuela. Pero yo sé que nunca está
de más hacer nuevos amigos y conocer a nuevas personas.
Cuando por fin sonó el timbre
indicando que debíamos entrar a nuestro respectivo salón para iniciar la
jornada, la escuela completa se transformó de alumnos a manada, pues todos
empezaron hacerse bola fuera de las aulas.
Al ingresar a mi salón pude darme
cuenta de que éramos muchos estudiantes para esa pequeña sala.
Entré algo temerosa y tomé el primer
mesabanco de una fila. No soy muy buena socializando, pero por suerte conocí
una nueva amiga, muy platicadora, y me alegro de que me ayude a ser un poco
menos antisocial.
El primer día me pareció que pasó
volando. Conocí a unas cuantas nuevas amigas, que ahora son con quienes me
junto, aunque, la verdad, empecé a hablar con mis compañeros como una semana
después de haber entrado. Y me siento muy alegre por eso. Pero claro que sigo
sintiendo algo de tristeza al recordar que no es mi antiguo salón de
secundaria.
Mi semana de inducción, en lo general,
fue una experiencia muy emocionante para mí. Sentir entusiasmo al momento de
pasar por la puerta de la preparatoria y sentir que ahora eres aún mayor de lo
que eras en la secundaria, es un momento que te queda marcado. Como cuando fue
tu primer día de primaria o de secundaria; el sentimiento es el mismo.
Mis expectativas de la prepa es que me
vaya bien en lo académico, como también con mis amigos.
Aunque esto de expectativas es algo
que yo creo innecesario, porque si tú te propones algo y estás dispuesto
cumplir, lo harás. Sin embargo, también es algo que no podemos saber con
certeza. Y para eso debemos navegar hacia lo desconocido, que es la prepa.
Hoy ya casi llevo un mes completo con
mis nuevos compañeros, que ahora los voy conociendo un poco más cada día.
También estoy haciendo un gran esfuerzo por cumplir con mis trabajos académicos
y reconocer pequeños gestos de algunos profesores para saber qué pasa cuando
hacemos algo indebido.
Cada día que transcurre en mi nueva
preparatoria siento que soy más parte de ella, y sé que muy pronto estaré logrando
mis expectativas, que en un inicio me había propuesto.
Y ahora lo único que falta es esperar
a que las cosas pasen cómo tú esperas que salgan, y si es acaso que no nos
benefician, sabremos que nos espera algo aún mejor.
Leí, leo, leeré y escribí, escribo, escribiré
Cuando era niña no me fascinaba leer. Digo, no era como si lo odiara,
pero no tenía una opinión exacta de la actividad de leer, hasta que empecé a
notar cómo mis hermanas mayores empezaron a hacerlo cada vez más y más, y me
pregunté: ¿Qué tiene de divertido? Y me empezó a dar curiosidad. Me acuerdo de
que estaba en quinto de primaria y tenía diez años, cuando quise a leer un
libro por mi propia cuenta por primera vez.
Era de noche, cuando no tenía nada que hacer y estaba muy aburrida,
y sabía que quería hacer algo; por una razón estaba ansiosa. Así que agarré un
libro de mis hermanas que se llama Lovesick,
que es el tercero de la saga de Ghostgirl.
Solo sabía la historia del primero porque me la habían contado mis hermanas;
pero, aparte de eso, no sabía nada. Pero igual no me importó y lo empecé a leer
y leer, y me gusto hacerlo, aunque cabe decir que no lo terminé, me faltaron
como diez o quizá quince páginas. No sé por qué no lo hice, pero nunca lo
retomé.
Entonces fue cuando supe que quería leer un libro que fuera mío,
quería comprar uno. Así que un día que mi familia y yo fuimos a Sanborns empecé a buscar libros que me
interesaran, y simplemente lo vi. La portada me atrajo inmediatamente, y sé que
lo importante de un libro es de lo que trata; pero en ese momento, aunque sí se
veía interesante la trama, la portada hizo que me llevara a casa El circo de la noche, de Erin
Morgenstern.
Después en sexto de primaria, cuando tenía once años, descubrí
algo que se llamaban fanfics, que son básicamente novelas donde salen
artistas que te gusten que escriban las fans. La idea es poder leer mil distintas historias donde uno de los
protagonistas es alguien que tú admiras, aprecias y te importa, donde la
historia puede ser alterna a la vida real y es un completo diferente contexto
donde se narra. En fin, de esas leí centenares, de distintos artistas.
Esto me inspiró a escribir un cuento de ciencia ficción que se
llama “¿Existe la perfección?” –que nos encargaron en la materia de Español en
primero de secundaria–, donde uno de los protagonistas es uno de una banda que
me gusta; pero, afortunadamente, nadie lo notó. Esa fue la primera vez que
escribí algo y lo disfruté. Claro, hubo ocasiones en la primaria cuando tuve
que escribir algo: un cuento, autobiografía, pero nomás lo hacía porque era para
la escuela. Aunque esta vez también lo fue, pero entonces me di cuenta de que
escribir era algo que me gustaba hacer.
También después escribí un poema que titulé “El país de las
mentiras”, del que creo recordar ocho estrofas. Me gustaba escribir cada vez más.
En ese año leí más libros, como Divergente,
de la saga del mismo nombre de Verónica
Roth; Pregúntale a Alicia, el cual es
de autor anónimo; Y por eso rompimos,
de Daniel Handler, y un libro que casi todos leyeron: Bajo la misma estrella, de John Green. Todos me gustaron mucho y me
encantó haberlos leído.
En segundo de secundaria escribí más textos, porque en la materia
de Español, cada vez que terminábamos un proyecto –el cual era como cada mes–,
escribíamos un cuento o poema, más lo que ya habíamos escrito, que era el
proyecto. Esta dinámica me gustaba bastante, porque era evidente que
escribíamos mucho cada mes. Aunque había meses en que juraba que no tenía nada
de inspiración y no tenía idea de qué escribir, pero después ya se me venía
algo a la cabeza. Lo que más me gustaba crear eran poemas y cuentos.
Los que más me disfruté escribir fueron: un cuento llamado “La
muerte de mi amigo”; una modificación que hice al cuento original de Cenicienta,
que titulé “La dama de polvo y ceniza”; un poema titulado “Un montón de chicas
bonitas”; otro cuento que escribí en segunda persona y del cual sinceramente no
recuerdo su nombre; otro poema llamado “Cómo se puede olvidar”; un cuento
histórico: “Ser alguien”, y un ensayo que se titula “La importancia de las
caricaturas periodísticas” .
En ese año también leí el segundo libro de la saga de Divergente, el cual es Insurgente;
dos obras que me encargaron leer en la clase de Ética, los cuales fueron El principito, de Antoine de Saint-Exupèry, y Ética para
Amador, de Fernando Savater, que me gustaron bastante. Y, por último, debo
mencionar al profe Carlos, que nos dio una antología de poesía llamada Todos los amores, la cual leíamos y
analizábamos cada los viernes.
En tercer año de secundaria no
escribí tanto como hubiera querido, pero sí produje algunos textos, como un
ensayo, un poema que titulé “7 de febrero” –porque esa fue la fecha cuando lo
escribí– y un cuento al cual le puse como título “Experimento A”, todos sobre
el mismo tema: ¿qué es el amor?. Esos trabajos los hice para Español. Y terminé
escribiendo oficialmente mi ensayo, igualmente llamado “¿Qué es el amor?”. No
tan original, ahora que lo veo. Además, redacté otros ensayos, uno de ellos
titulado “Congelación de óvulos, ¿la mejor opción?”. Escribí otros dos para la
clase de Historia: “Una nación ideal, ¿algo inalcanzable para México?” y “En
otra realidad, o quizá, la misma historia”. En la clase de Historia cabe decir
que escribíamos bastante también: cuentos, cartas, etcétera. Y por último elaboré
mi autobiografía.
En ese año no leí demasiado, para ser sincera. Pero por fin
terminé la saga de Divergente, leyendo el libro Leal; además, leí el libro Ciudades
de papel, de John Green. En Español nos encargaron la lectura de El lazarillo de Tormes, de autor anónimo,
el cual primero se me hizo tedioso, pero al final me gustó. También nos
encargaron leer otro libro, pero esta vez para la clase de Historia: el de El Periquillo sarniento, de José Joaquín
Fernández de Lizardi, el
cual estuvo entretenido. Y Un beso en París,
de Stephanie Perkins.
Ya cuando entré a prepa no tenía Español, pero sí dos clases
relacionadas con esa materia: Taller de Comprensión Lectora y Taller de Lectura
y Redacción. En las dos leíamos y escribíamos cuentos u otros textos, pero
donde escribíamos más era en la clase del profesor Carlos. Con él escribimos
varios comentarios de diferentes textos, como videos, poemas, cuentos, etcétera.
El primero que redactamos fue sobre nuestras expectativas de la preparatoria,
que titulé “Esperanzas,posibilidades, temores, perspectivas, inquietudes, probabilidades”. Otro texto
que me gustó mucho escribirlo fue un relato ficticio basado en el cuento “Pedro
y el hilo mágico”, de Robin Sharma; consiste en unas cartas y le puse el nombre
de “El hilo de mi vida”.
En la clase de la profesora Marcela escribimos también textos. Los
que más recuerdo, y me gustaron, son un cuento que titulé “Tic Toc” –sobre una
niña con trastorno obsesivo compulsivo–, unas cartas de petición y los mejores
recuerdos que teníamos de la secundaria.
En prepa he leído bastante, por un programa que se llama “Lectura
por Puntos”, el cual consiste en leer una obra con un valor de un punto o medio
punto; después se te hace una entrevista de lo leído y ya te otorgan el punto
extra. Esto me gusta mucho, porque solo por hacer algo que me agrada me dan
algo a cambio, que aumentará mi calificación en buena medida. Lo hice en cada
periodo de estos dos semestres que acaban de pasar.
El primero fue Cartas desde
el interior, de John Marsden. En ese periodo también leí una novela que nos
encargó el profesor Báez, el cual fue Aristóteles
y Dante descubren los secretos del universo, de Benjamín Alire Sáenz, lo
cual agradezco mucho, porque la amé tanto que la leí en un día. El segundo fue Silencio, de Laurie H. Anderson; y en
inglés también leí una compilación de tres historias, pero no recuerdo su
título.
En el segundo periodo también me encargaron leer, pero esta vez
fue el profesor Franco: Un mundo feliz,
de Aldous Huxley. En el tercer periodo no nos encargaron ninguna lectura, pero
seguí en el programa de puntos, así que leí Lucas,
de Kevin Brooks, y en inglés una versión muy corta de Frankenstein, de Mary Shelley. Por ultimo, en ese semestre leí El alquimista, de Paulo Coelho, solo por
propio gusto.
En segundo semestre empecé con El
despertar de la mariposa, de Mary E. Pearson, y en inglés decidí iniciar a
leer la saga de Harry Potter, de J.K. Rowling. Así que en ese periodo leí el primero, que es Harry Potter y la piedra filosofal. En
el segundo periodo no encontré títulos que me interesaran con el valor de un
punto, así que leí dos de punto y medio: La
niña, el corazón y la casa, de María Teresa Andruetto, y Dinky rojo sangre, de Marie-Aude Murail;
en inglés seguí con la lectura de Harry Potter, a través de Harry Potter y la cámara secreta. En el último
periodo me recomendaron otro, así que lo leí: Una visita inesperada, de Sonya Hartnett; en inglés leí Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
Para finalizar, mi más reciente texto es esta mismísima
autobiografía de todo lo que he escrito y he leído en mi vida.
Esperanzas, posibilidades, temores, perspectivas, inquietudes, probabilidades
Cuando estaba a punto de terminar secundaria no sabía que iba a
estar tan emocionada de entrar a la preparatoria. Supongo que porque ya estaba
harta de la secundaria. No me malinterpreten, me gustó mucho esa época de mi
vida. Incluso, tercer, el cual pensé que iba ser el año más aburrido, fue el
mejor.
Así que, aunque secundaria me había gustado demasiado, me la viví
contando los días para las vacaciones. Y no solo las de verano, también las de
invierno, semana santa. Bueno, ustedes me entienden.
Tengo que admitir que, cada vez que se acercaban más los cursos de
inducción, mi emoción se disminuía, pues ¿quién no quería más vacaciones? Ese
era el motivo de mi tristeza: solo tuvimos un miserable mes de vacaciones.
Pero, en fin, a pesar de que ya no quería entrar a la prepa, el
curso de inducción dio inicio. Mis esperanzas de esa semana eran conocer nueva
gente, intentar interactuar con las personas que no conocía.
Esperaba que tuviéramos de esas típicas actividades para
conocernos todos mejor; sin embargo, nunca pasó. Sin importar eso, ese primer
día logré hablar con algunos compañeros nuevos; no mucho, pero algo era algo.
En toda esa semana no hubo ninguna de esas convivencias que
esperaba. Pero nos regalaron unas camisetas azul rey (como siempre), que decían
“Salva” (obviamente) y, debajo de eso, “Generación 59”.
El curso de inducción terminó y ahora era la hora de entrar a la
preparatoria. Cabe mencionar que nos acompañarían los estudiantes de tercer
semestre.
Ahora me encuentro en otra semana de escuela, me voy acostumbrando
a este ambiente, maestros, prefectos, reglas, etcétera. Ya estamos teniendo
tareas, proyectos y llevamos apenas una semana. Honestamente, unos de mis
temores son las tareas y trabajos. Muchos me han dicho que son mucho más
pesados que los de secundaria.
También estoy algo, solo algo, preocupada sobre los exámenes, pues
son de mucho valor. Ya sé que con cincuenta por ciento no es tanta la
diferencia con otros exámenes que he tenido. Pero, vamos, en secundaria
simplemente tenía dos o tres pruebas o parciales en la semana de exámenes. No
se compara en nada a cómo van a ser los exámenes aquí en la prepa.
Pero en preparatoria, creo yo, todo es muy diferente. De todas
maneras, lo único que sé sobre esta nueva etapa es lo que me han dicho mis
hermanas.
¡Pero basta de inquietudes! También tengo grandes expectativas de
este nuevo periodo que desconozco. Planeo no bajar mis calificaciones y
mejorarme como estudiante, aunque sé que será más difícil esta vez.
Espero poder ir a todos los eventos culturales o sociales que
presente esta escuela. No quiero perderme ninguno, no como antes lo hice antes
en secundaria. Quiero ir a todos los rallies y participar en ellos, y deseo que
se cumplan todos los comentarios que han hecho de ellos.
Y aunque suene algo tonto… quiero hacer más amigos. En serio,
quiero conocer a más gente, quiero tratar con nuevas compañías, más personas.
Finalmente, mi expectativa más grande creo que sería vivir esa
experiencia que todos tanto presumen, llamada “Experiencia Salva”. Que en
verdad estos tres años de mi vida signifiquen algo realmente para mí.
No sé si mis temores, o, más importante, mis expectativas se
cumplan, o si de algún modo lo superen de buena o mala manera. Pero no puedo
esperar a averiguarlo.
Porque sé que, sin importar si tengo grandes temores,
insignificantes esperanzas o pequeñas preocupaciones y gigantescas
expectativas, esta etapa va a marcar mi vida. Y, finalmente, esta escuela y yo
misma me van a preparar para el siguiente episodio que vendrá: la universidad.
Pero, antes de eso, les aseguro que voy a disfrutar mi estancia en la
preparatoria.
La aventura de leer y escribir
Todo empezó desde que supieron que ya venía en camino. Esa niña
que ya tanto habían esperado. Mis padres decidieron escribir en algunos papeles
mis posibles nombres, poniéndolos en un vaso, agitándolos y dejándolos volar
libres. Fue entonces cuando uno cayó en mi vieja casa (el vientre de mi madre)
y obtuve mi nombre.
Mis inicios en la lectura fueron algo nulos, me interesaban más en
los dibujos. Creo que no era muy amante de lo intelectual, más bien de lo visual,
atrayéndome más los libros de imagen. Recuerdo que me interesaba mucho en los dinosaurios.
Eran fascinantes para mí, no podía creer que tales animales vivieron en nuestro
planeta hace millones de años. Así que, como podrán suponer, tenía un libro sobre
el tema, con bastante información. Pero lo que me llamaba la atención de esa
obra era que mostraba la estatura del dinosaurio comparada con la del humano.
Primaria: libros “de
bebés”
Siempre he sido alguien con mucha imaginación. Esto me llevó a
interesarme un poco más en las historias, ya fuesen las que me contaban mis
padres y mis abuelos o las que me hallaba en cuentos de hadas. Podía durar
horas creando historias. Poco después, en kínder, aprendí a escribir y pude formar
oraciones. En primero de primaria fue cuando por fin empecé a leer, pero, como
estudiaba en Estados Unidos, no sabía más que lo que había aprendido en kínder,
no era mucho. Eso hizo que me desinteresara bastante en la lectura y la
escritura.
Pasaron los años y seguía igual: cada vez que miraba un libro lo evadía,
para no podernos encontrar. Hasta que me cambié de escuela y me topé con un
obstáculo para mí en ese entonces. Como parte de mi calificación final
necesitaba leer cierta cantidad de libros, para así ganar puntos. Así que
empezaba por lecturas de primer año, aunque ya estuviese en tercero. Mi madre
siempre me decía que leyera, pero lo que yo quería hacer era todo, menos leer.
Esta dinámica de leer seguía conforme pasaban los años, y, como
poco a poco me fui acabando los libros de bebés (por así decirlo), tuve que
leer unos libros un poco más adecuados a mi edad. Fue ahí cuando descubrí uno de
lo más encantador para mí: El diario de
un niño en apuros. Tenía todo lo que a una niña de cuarto o quinto le
podría interesar. Me identificaba bastante con este libro.
En quinto y sexto el resto fue historia. Leía por diversión, leía
cuando me aburría, me gustaba. Me imaginaba cada palabra del libro y era como
una película para mí.
Secundaria: escribir
en español
Fueron mis mejores años como lectora y mis principios como
escritora. En primero descubrí mis dos libros favoritos de la historia. Uno de
ellos, El principito. Aunque lo había
leído varias veces, descubrí que nunca me cansaba de leerlo; aparte, me
enamoraba una y otra vez. El otro libro lo descubrí en esos años; fue escrito
por mi autora favorita, Louis Duncan: Locked
in Time.
En primero y en segundo hacía demasiados escritos. Dejaba volar mi
imaginación y ponía mis pensamientos en papel. Era una sensación increíble.
Incluso, llegué a crear una obra.
Tercero fue mucho más calmado con la escritura y la lectura. Pero representó
un reto para mí, ya que fue mi primer año en el Instituto Salvatierra y mi
primer año en México. Cambiar mis pensamientos a español fue difícil al principio;
claro, sin mencionar también la lucha constante de escribir en este idioma.
Pero sobreviví y lo pude superar.
Preparatoria: una
nueva aventura
Primero y segundo semestres fueron un reto interesante, porque yo no
solo estaba escribiendo y leyendo en inglés y español, sino también en francés.
Pero lo logré y me encantó cada instante.
Ahora estoy más que lista para lo que viene. Estoy emocionada por
esta nueva aventura que habrá para mí. de leer y escribir aún más.
lunes, 6 de agosto de 2018
Una obra única y esencial: "Demian"
Francia Anaís Muñoz Aguilar
Hermann Hesse fue un escritor y poeta alemán nacido en 1877. En este texto comentaremos su obra Demian, protagonizada por un joven llamado Emil Sinclair, que fue el primer éxito del autor, publicado en 1919. En 1946 Hesse recibió el Premio Nobel de Literatura y en 1962 falleció en Suiza.
La novela inicia narrando la infancia de Sinclair y nos habla sobre su primera experiencia en el “mundo malo”, cuando se deja llevar por la influencia de Franz Kromer, quien lo presiona para que haga cosas indebidas, como robar.
En el desarrollo del relato llega Max Demian a la vida de nuestro protagonista, ayudándole a deshacerse de Kromer, creándose así su amistad, llena de aprendizajes. Demian hace que Sinclair tenga una nueva perspectiva sobre muchas cosas en su vida. Después este crece e ingresa a un internado, en el cual cae en el mundo del alcohol, hasta que una bella dama –a quien llama Beatrice– lo ayuda a dejar todo eso. Posteriormente conoce a Pistorius, un organista de una iglesia que le enseña a seguir sus sueños; al igual que Demian, Pistorius se convierte en un guía para él.
Sinclair siempre sueña con una mujer, a la cual decide buscar por toda Europa. Sigue buscando hasta que entra a la universidad, donde se reencuentra con Demian y se da cuenta de que la mujer de sus sueños, que tanto buscaba, es la madre de su amigo. Se enamora de ella, pero la guerra comienza.
Emil Sinclair es, pues, nuestro personaje principal, además de que él mismo narra toda la historia.
Los personajes secundarios son Max Demian, Frau Eva, Pistorius, Franz Kromer y Beatrice. Todos ellos son esenciales para que el protagonista pueda llegar a su objetivo, el cual es conocerse a sí mismo.
El personaje de Emil Sinclair demuestra que es una persona especial, pues veía el mundo de una diferente perspectiva, además de que tenía bastantes pensamientos filosóficos. También el libro nos demuestra lo solitario que es este joven. Uno de sus defectos que se hacen notar en la novela es que se deja influenciar fácilmente; pero, a pesar de eso, gracias a Demian, entre otras personas, logra saber lo que quiere.
El tipo de narrador que se emplea en la obra es el protagonista, y lo podemos ver claramente en la siguiente cita textual:
Salté de la cama, me planté delante del retrato y lo miré de cerca, directamente a los ojos, dilatados, verdosos y fijos, uno de los cuales, el derecho, estaba más alto que el otro.
El tiempo en el que sucede la novela es aproximadamente principios del siglo XX, poco antes de que ocurra la Primera Guerra Mundial: “Estalló la guerra y Demian partió singularmente cambiado, dentro de su uniforme y su capote gris”.
La atmósfera que se transmite es de nostalgia y soledad:
El extraño vacío y la soledad que por primera vez sentí durante las vacaciones después de la confirmación –luego se me haría muy familiar este vacío, este aire enrarecido– no desaparecieron tan de prisa.
El método narrativo que se usa en la obra es el ab ovo, ya que se empieza contando desde el principio (la infancia de Sinclair), en orden cronológico.
El tiempo narrativo es el retrospectivo:
Le miré aturdido. En lo que decía había seriedad e inteligencia, como siempre; pero ninguna ternura, sino más bien severidad, justicia o algo parecido. No supe qué decir. Me parecía tener un mago ante mí.
La función de la lengua emotiva es empleada de la siguiente forma: “Sentía que nadie podía amarme y así me desagradaba profundamente a mí mismo”. Mientras, en la función poética se utiliza la metáfora:
Ella era un mar en el que yo desembocaba. Era una estrella y yo otra que caminaba hacia ella; y nos encontrábamos, nos sentíamos atraídos mutuamente, permaneceríamos juntos, girando dichosamente el uno en torno al otro en órbitas próximas y armónicas.
Demian me pareció un libro bastante interesante y muy importante, porque habla principalmente sobre el autoconocimiento y su importancia en la existencia. También nos enseña nuevas perspectivas sobre diversos aspectos de la vida, así como la religión, el amor, entre muchas otras cosas.
Al leerlo me percaté de que contiene bastantes reflexiones y pensamientos, e incluso algunas veces el narrador se desvía de la trama. Es por eso que, a pesar de que el libro no es muy extenso, podemos tardar un tiempo en leerlo, si lo queremos comprender bien. Sin duda es una obra única y esencial.
Referencia:
(Tercer semestre de preparatoria, 2017)
"Aura", una historia que atrapa
En este comentario hablaré de la novela Aura, del famoso escritor Carlos Fuentes.
Para comenzar, ¿qué es una novela?, se podrán preguntar. Es una obra narrativa lo suficientemente larga para tener más de un personaje principal, está escrita en prosa y normalmente es publicada como libro.
Carlos Fuentes era un narrador y ensayista mexicano. Nació el 11 de noviembre de 1928 en la ciudad de Panamá (de padres mexicanos), y murió el 15 de mayo de 2012 en la Ciudad de México. Fue uno de los escritores más importantes de nuestro país. Ganó premios como el Miguel de Cervantes y el Rómulo Gallegos.
Carlos Fuentes era un narrador y ensayista mexicano. Nació el 11 de noviembre de 1928 en la ciudad de Panamá (de padres mexicanos), y murió el 15 de mayo de 2012 en la Ciudad de México. Fue uno de los escritores más importantes de nuestro país. Ganó premios como el Miguel de Cervantes y el Rómulo Gallegos.
Basándome en la novela, haré una breve narración de lo que trata. Cuenta la historia de un hombre al cual le llama la atención un anuncio en el periódico, que ofrece trabajo a un historiador y con un muy buen sueldo. La señora Consuelo, quien hace el ofrecimiento, termina contratando al hombre, llamado Felipe Montero.
Este comienza a trabajar en la casa de la mujer, pero considera a Aura, la sobrina de ella, una gran distracción, pues dice que tiene los ojos verdes más bonitos. Felipe se enamora de la joven perdidamente y le confiesa su amor. Él continúa trabajando. Un día descubre unas fotos del general Llorente (difunto esposo de Consuelo) donde aparece Aura, del año de 1876, en Francia.
Por lo que respecta a la señora Consuelo, estuvo casada con el general Llorente. Nunca se menciona su edad, pero es muy anciana y ella dice que no le queda mucho tiempo de vida.
Por su parte, Aura le ayuda a su tía en la casa con los deberes, por la vejez de la mujer. Es muy seria y callada.
El personaje principal de la novela es claramente Felipe Montero, pues la historia se basa en él, en todo lo que hace, y los acontecimientos giran a su alrededor.
Los personajes secundarios son Aura y la señora Consuelo, por la razón de que tienen roles importantes en la trama, pero no más importantes que el rol del protagonista.
Respecto del personaje principal, Felipe Montero, se menciona que es un joven historiador, que estudió su maestría en París. Es inteligente y solitario, muy trabajador. Es también profesor auxiliar en escuelas particulares. Fuma mucho.
En esta obra se utiliza un narrador omnisciente, que podemos identificar en la siguiente cita textual:
Esperas el autobús, enciendes un cigarrillo, repites en silencio las fechas que debes memorizar para que esos niños amodorrados te respeten.
Ahora hablaré del ambiente de la novela. En el caso del espacio, es la casa de Consuelo de Llorente, cuya dirección se nos deja clara en varias citas textuales, como: “Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono”, o: “Te sorprenderá imaginar que alguien vive en la calle de Donceles”.
En el caso del tiempo, se puede notar que corresponde al siglo XX: se informa que el general murió en 1901 y la señora Consuelo le dice a Felipe, el primer día, que su marido falleció hace sesenta años.
Para cerrar el ambiente, la atmósfera toma un rol de tensión y es incómoda, pues el protagonista está enamorado de Aura y siente que la debe conquistar, pero ve a la señora Consuelo como una imposición.
El método narrativo es in media res, ya que, cuando el relato empieza, Felipe se encuentra leyendo el anuncio y está bebiendo su taza de té en un “cafetín sucio y barato”.
El tiempo narrativo es simultáneo, como podemos notarlo en la siguiente cita: “Recoges tu portafolio y dejas la propina”.
Las funciones de la lengua empleadas en la novela son la emotiva y la poética. En el caso de la emotiva, la podemos identificar en la siguiente cita: “—Te amaré siempre. No puedo vivir sin tus besos, sin tu cuerpo”.
En la función poética vemos empleados bastantes recursos literarios, que podemos identificar aquí:
Al fin, podrás ver esos ojos de mar que fluyen, se hacen espuma, vuelven a la calma verde, vuelven a inflamarse como una ola: tú los ves y te repites que no es cierto, que son unos hermosos ojos verdes idénticos a todos los hermosos ojos verdes que has conocido o podrás conocer.
En el fragmento anterior se emplean la metáfora, la comparación, la adjetivación y el epíteto.
Finalmente, considero que la novela tiene muy buena trama. Me gustó mucho, siento que la historia te atrapa para que la sigas leyendo. El final fue lo que más me agradó y cuando Felipe encuentra las fotos me pareció lo más sorprendente. Creo que los elementos de análisis fueron muy fáciles de identificar.
Referencia:
Fuentes, C., Aura. Disponible en:
http://brasilia.cervantes.es/imagenes/file/biblioteca/pdf/carlos_fuentes_aura.pdf
http://brasilia.cervantes.es/imagenes/file/biblioteca/pdf/carlos_fuentes_aura.pdf
Publicadas por
Prof. Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar
a la/s
lunes, agosto 06, 2018
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Comentario de texto
Un cuento diferente
Héctor Joaquín Aguilar Lamadrid
El fantasma de Canterville fue escrito por Oscar Wilde, un poeta, escritor y dramaturgo de origen irlandés. Debido a su gran ingenio se le vio como una celebridad en su época. Es recordado por sus obras de teatro y su muerte a temprana edad, ya que nació en 1854 y murió en 1900, a los 46 años.
Esta obra es para todos los públicos. Hay editoriales que la adaptan para niños, como Grijalbo, y otros la presentan para personas lectoras.
Todo comienza con el señor B. Otis, ministro de América, que quería comprar Canterville Chase, aunque le decían que había fantasmas y nadie vivía ahí. Pero no le importó, porque decía que con el dinero se puede comprar todo, y adquirió el castillo. Toda su familia se mudó al lugar. El fantasma no tenía el descanso debido a que había matado a su mujer, y aterrorizaba a la gente desde hacía tres siglos. Intentó hacerlo de nuevo con la familia Otis, pero se le dificultaba lograrlo, y se sentía triste por esa razón.
En el cuento se muestran varios personajes: como principal tenemos al fantasma –que se llama Simón–, porque en toda la historia se habla sobre él, es el personaje que más aparece en la obra.
Como secundarios están los que acompañan al protagonista y son mencionados muchas veces:
· Señor B. Otis
· Señora Otis
· Hermanos gemelos
· Virginia
· Washington
Los únicos ambientales son lord Canterville y mistress Umney, porque solo se mencionan pocas veces o una vez.
El tipo de narrador que se presenta es omnisciente, ya que él sabe todo lo que sucede y los sentimientos de los personajes:
En un principio se sintió algo humillado, pero luego fue lo suficientemente razonable para comprender que aquel invento merecía todos los elogios y que, en cierto modo, favorecía sus planes.
Toda la historia se lleva a cabo en el castillo de Canterville, nunca se menciona que salgan del lugar; por lo tanto, ese es el espacio.
El tiempo es aproximado al siglo XIX:
Ha dado pruebas sobradas de su existencia desde hace tres siglos, desde 1584 exactamente; y cada vez que alguna persona de la familia va a morir no deja de aparecer.
Con el siguiente ejemplo podemos notar, por otra parte, que el tiempo narrativo es retrospectivo, pues se relata algo ya pasado:
Y antes de que la aterrorizada anciana hubiera podido intervenir, se hincó de rodillas y comenzó a restregar el piso con una barrita que parecía de cosmético negro. Al cabo de unos instantes, no quedaba el menor rastro de la mancha de sangre.
La atmósfera es de suspenso/misterio, al tratar la historia sobre el fantasma de Canterville Chase y sus esfuerzos por asustar a la familia Otis.
Me gustó el cuento, es algo diferente a todo lo que he leído. Sin embargo, en ocasiones el narra-
dor usa palabras raras, que no todo lector entenderá. No me agradó que el autor no se exprese más en la historia, como para poder percibir los sentimientos.
Referencia:
Wilde, O., El fantasma de Canterville. Disponible en: http://www.ataun.net/bibliotecagratuita/Cl%C3%A1sicos%20en%20Espa %C3%B1ol/Oscar%20Wilde/El%20fantasma%20de%20Canterville.pdf
(Tercer semestre, 2017)
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