Era el martes 2 de agosto cuando fue
el primer día hacia una nueva etapa más de mi vida, en que iniciaría una faceta
que costaría tres años de mi existencia, pero que al final de todo valdría la
pena.
En primera, la preparatoria es un gran
cambio para todos los estudiantes que vienen de secundaria; pero, en mi caso,
era totalmente diferente, pues yo además procedía de otra escuela.
El cambio de mi antigua escuela fue
muy duro para mí, ya que mis antiguos compañeros siguieron sus caminos a
diferentes preparatorias, Como yo, también tome una ruta diferente a la de
todos ellos.
Mi antigua escuela era de gobierno,
llamada Secundaria Técnica Número 4. En ella pasé momentos muy importantes para
mí, como cuando conocí a mis mejores amigos, que ahora los extraño demasiado.
El primer día de clases fue un poco
difícil, debido a que no es nada fácil entrar a una nueva institución con
completos desconocidos. Es triste que muchos de mis amigos, a quienes considero
como una familia, se vayan y se cambien de escuela. Pero yo sé que nunca está
de más hacer nuevos amigos y conocer a nuevas personas.
Cuando por fin sonó el timbre
indicando que debíamos entrar a nuestro respectivo salón para iniciar la
jornada, la escuela completa se transformó de alumnos a manada, pues todos
empezaron hacerse bola fuera de las aulas.
Al ingresar a mi salón pude darme
cuenta de que éramos muchos estudiantes para esa pequeña sala.
Entré algo temerosa y tomé el primer
mesabanco de una fila. No soy muy buena socializando, pero por suerte conocí
una nueva amiga, muy platicadora, y me alegro de que me ayude a ser un poco
menos antisocial.
El primer día me pareció que pasó
volando. Conocí a unas cuantas nuevas amigas, que ahora son con quienes me
junto, aunque, la verdad, empecé a hablar con mis compañeros como una semana
después de haber entrado. Y me siento muy alegre por eso. Pero claro que sigo
sintiendo algo de tristeza al recordar que no es mi antiguo salón de
secundaria.
Mi semana de inducción, en lo general,
fue una experiencia muy emocionante para mí. Sentir entusiasmo al momento de
pasar por la puerta de la preparatoria y sentir que ahora eres aún mayor de lo
que eras en la secundaria, es un momento que te queda marcado. Como cuando fue
tu primer día de primaria o de secundaria; el sentimiento es el mismo.
Mis expectativas de la prepa es que me
vaya bien en lo académico, como también con mis amigos.
Aunque esto de expectativas es algo
que yo creo innecesario, porque si tú te propones algo y estás dispuesto
cumplir, lo harás. Sin embargo, también es algo que no podemos saber con
certeza. Y para eso debemos navegar hacia lo desconocido, que es la prepa.
Hoy ya casi llevo un mes completo con
mis nuevos compañeros, que ahora los voy conociendo un poco más cada día.
También estoy haciendo un gran esfuerzo por cumplir con mis trabajos académicos
y reconocer pequeños gestos de algunos profesores para saber qué pasa cuando
hacemos algo indebido.
Cada día que transcurre en mi nueva
preparatoria siento que soy más parte de ella, y sé que muy pronto estaré logrando
mis expectativas, que en un inicio me había propuesto.
Y ahora lo único que falta es esperar
a que las cosas pasen cómo tú esperas que salgan, y si es acaso que no nos
benefician, sabremos que nos espera algo aún mejor.
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