lunes, 6 de agosto de 2018

Un relato impactante y realista


Aileen Monserrat Romero Muñoz


“¡Que no te jalen las patas!” es una recreación de una leyenda tradicional de Mexicali que Linda Plascencia Soto, actual estudiante de quinto semestre en la preparatoria Salvatierra (con reconocimientos como escritora), elaboró en el año 2016, en su tercer semestre de bachillerato.
Esta leyenda tiene lugar en las albercas del parque Francisco Zarco (unidad deportiva Adolfo López Mateos), alrededor del año 1974, cuando, bajo la administración del alcalde Armando Gallego, se mandaron construir estas, tomando territorio de lo que antes era el Panteón Número 1 (llamado ahora Panteón de los Pioneros) y exhumando los cuerpos que ahí descansaban.
En esta recreación podemos identificar claramente el espacio, ya que se menciona desde la presentación del texto. Sin embargo, el tiempo se vuelve incierto, pues se menciona el año 1974 para darnos contexto de cuándo se cree que comenzó a relatarse esta leyenda. Pero los hechos en sí son de algún tiempo desconocido después de este hecho y ciertamente antes de 2016, debido a que la escritora nos da la frase: “siguen pasando los años”.
Por otra parte, la atmósfera en la que se desarrolla esta historia es definitivamente de incredulidad, miedo y desesperación. La autora nos demuestra estos sentimientos en los fragmentos: “comenzó a patalear y bracear con desesperación”, “destacaba una mujer incrédula” y “algo histérica pataleaba”.
En el espacio intermedio, basado en la recreación, la gente hace correr rumores sobre las albercas porque un niño va y padece lo que sería un calambre; sin embargo, afirma sentir que le jalan los pies. Ese día un salvavidas intenta salvarlo en vano, ya que muere ahogado.
En este desarrollo se puede detectar la función poética, cuando se usa una metáfora (“su pierna se había dormido”) para representar el calambre.
En cambio, la función emotiva se encuentra en el desenlace, donde la autora no menciona en sí sus sentimientos, pero expresa cierto temor al dar una advertencia cuando expresa: “hay que tener precaución (…) no podemos arriesgarnos”. No obstante, previamente a esta advertencia nos cuenta la historia de otras personas (una mujer incrédula y su grupo de amigos) a quienes les suceden cosas similares, pero que no saben decir si son las almas de los muertos exhumados o del primer niño ahogado en busca de venganza.
A estas personas que se encuentran en la segunda parte del desarrollo se les denomina personajes secundarios, ya que la historia no es meramente de ellos. Otros personajes que podemos identificar en esta narración son la mamá y el papá del niño, Armando Gallego y los muertos exhumados, que son nombrados ambientales, porque sólo se les menciona una o dos veces en la historia, como apoyo del contexto.
Finalmente, podemos afirmar que este texto es una leyenda porque tiene las características de este tipo de relato, algunas de las cuales son:
· Se origina por tradición oral, ya que el narrador se enteró por otras personas: “la gente asegura que (…)”.
· Intenta explicar y dar fundamento a hechos cotidianos, cuando se expresa: “aseguran que los muertos buscan venganza”.
· Incluye elementos sobrenaturales, como los muertos del cementerio, “cuya alma pretende subir a la superficie”.
· Tiene un personaje arquetípico, en este caso, el niño que se vuelve temerario y muere a causa de ser jalado al fondo de la alberca.
En conclusión, creo que es muy interesante cómo Linda Plascencia mezcló un hecho de la historia con el suceso de un niño que se ahogó. Asimismo, hacer de sí misma el narrador como testigo (pues, a pesar de que ella no estaba presente, conocía la historia porque otros se la habían contado) fue un detalle que me gustó, ya que le da impacto y deja que el relato sea más realista.
No obstante, creo que hizo falta más descripción del ambiente y del tiempo, para que así le fuera más sencillo al lector ubicarse en el periodo en que transcurre la historia; además, que se centrara un poco más en el personaje protagonista, debido a que se da a entender que este es el niño ahogado, pero no entra en detalle y es complicado identificarlo como tal.

Referencia:
Plascencia Soto, Linda Danielle, “¡Que no te jalen las patas!”. Disponible en: https://nuevotallereando. blogspot.com/2017/06/que-no-te-jalen-las-patas.html


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