lunes, 6 de agosto de 2018

¿Qué pasó en Rectoría?


Rebeca Paola Miranda Figueroa


La autora del texto “Por los pasillos de Rectoría”, Carla Monserrat Hernández Sández, actualmente estudia quinto semestre en el Instituto Salvatierra, tiene 17 años y nació en Mexicali. Ella nos dice: “Escribí esa recreación de la leyenda porque se me había hecho muy interesante cómo los acontecimientos de su trama fueron pasando y cómo terminó, ya que no se me hacía tan ficticia como otras que había leído”.
La narración habla sobre un suceso que ocurrió en un lugar muy famoso en Mexicali, llamado Rectoría de la UABC. Se nos cuenta sobre la muerte de una mujer y cómo la gente por la noche puede alucinar viéndola caminar o pasar por ahí.
Durante mi lectura de la leyenda me pude dar cuenta de que su autora usa algunos elementos sobrenaturales, pues en una parte menciona: “Aseguran por las noches ver a una mujer con las mismas características de la que murió”.
También se remonta a un lugar y tiempo real, porque nos dice que: “En la década de los setenta, el edificio que se encuentra en la avenida Obregón y la calle Julián Carrillo…”; esas son calles verdaderas, cabe mencionar, populares en Mexicali, y la fecha es verídica. Y, por último, otro elemento que identifiqué es que menciona un lugar existente: la capital bajacaliforniana.
Un aspecto sociohistórico es que la historia se remonta, como ya anoté, a los años en que se cedió el antiguo edificio de gobierno a Rectoría, tiempo que se estuvo bajo el gobierno de Milton Castellanos Everardo.
En cuanto a la estructura de la narración, en la presentación Hernández Sández nos explica cómo era Mexicali en esos tiempos, cómo se fueron construyendo nuevas calles, escuelas y otras obras más. En el desarrollo ya cuenta en sí de lo que trata la leyenda: se sitúa en el sótano del Palacio de Gobierno, donde ocurre algo trágico, y alguna persona de seguridad se encuentra a una mujer muerta en las celdas, pero nadie sabe la razón de su deceso.
En el desenlace nos narra cómo fue que localizaron el cuerpo, pero ya era muy tarde y el cadáver estaba llegando al proceso de descomposición. Los guardias de Rectoría aseguran que ellos han visto “a una mujer con las mismas características de la que murió ahí, deambulando y lamentándose por su destino tan trágico, e intentando saber por qué fue que nunca la pudieron salvar”.
Para la clasificación de personajes es muy fácil; sobre el principal, de manera muy obvia te puedes dar cuenta de que es la mujer que falleció en las celdas, pues la leyenda habla de ella y de su muerte. En cuanto a los ambientales, yo ubiqué a los policías y a las personas que hacían guardia en las noches, porque ellos pudieron ser testigos de la muerte de la mujer. Además, el gobernador, pues solo se le menciona por estar involucrado en la entrega del edificio a Rectoría.
El narrador es testigo, porque cuenta la historia, pero no estaba ahí. El tiempo se remonta a la década de los años setenta, ya que al inicio del relato se nos dice que eran esos tiempos. Y la atmósfera es de suspenso, pues no te esperas lo que pasará ni cuándo.
Durante la lectura te puedes dar cuenta de que se utilizan algunas de las funciones de la lengua, como la emotiva, cuando se expresa: “Ahí, en el que fue Palacio de Gobierno, había ocurrido un acontecimiento muy trágico”; también la poética: “Estaba tiesa como una lagartija sin vida cuando la encontraron”.
Para terminar, en mi valoración personal, puedo decir que esta recreación me gustó mucho, ya que nos cuenta un suceso de un lugar muy conocido y que nunca me imaginé que tuviera una historia como esa. La forma en la que está escrita es muy buena y se entiende muy fácilmente. Sin duda, Carla Hernández les dio un giro muy bueno a los acontecimientos, supo muy bien cómo manejarlos.

Referencia:
Hernández Sández, Carla Monserrat, “Por los pasillos de Rectoría”. Disponible en: https://nuevotallereando.blogspot.com/2017/06/por-los-pasillos-de-rectoria.html


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