lunes, 6 de agosto de 2018

Un cuento diferente

Héctor Joaquín Aguilar Lamadrid


El fantasma de Canterville fue escrito por Oscar Wilde, un poeta, escritor y dramaturgo de origen irlandés. Debido a su gran ingenio se le vio como una celebridad en su época. Es recordado por sus obras de teatro y su muerte a temprana edad, ya que nació en 1854 y murió en 1900, a los 46 años.

Esta obra es para todos los públicos. Hay editoriales que la adaptan para niños, como Grijalbo, y otros la presentan para personas lectoras.
Todo comienza con el señor B. Otis, ministro de América, que quería comprar Canterville Chase, aunque le decían que había fantasmas y nadie vivía ahí. Pero no le importó, porque decía que con el dinero se puede comprar todo, y adquirió el castillo. Toda su familia se mudó al lugar. El fantasma no tenía el descanso debido a que había matado a su mujer, y aterrorizaba a la gente desde hacía tres siglos. Intentó hacerlo de nuevo con la familia Otis, pero se le dificultaba lograrlo, y se sentía triste por esa razón.
En el cuento se muestran varios personajes: como principal tenemos al fantasma –que se llama Simón–, porque en toda la historia se habla sobre él, es el personaje que más aparece en la obra.
Como secundarios están los que acompañan al protagonista y son mencionados muchas veces:
· Señor B. Otis
· Señora Otis
· Hermanos gemelos
· Virginia
· Washington
Los únicos ambientales son lord Canterville y mistress Umney, porque solo se mencionan pocas veces o una vez.
El tipo de narrador que se presenta es omnisciente, ya que él sabe todo lo que sucede y los sentimientos de los personajes:
En un principio se sintió algo humillado, pero luego fue lo suficientemente razonable para comprender que aquel invento merecía todos los elogios y que, en cierto modo, favorecía sus planes.
Toda la historia se lleva a cabo en el castillo de Canterville, nunca se menciona que salgan del lugar; por lo tanto, ese es el espacio.
El tiempo es aproximado al siglo XIX:
Ha dado pruebas sobradas de su existencia desde hace tres siglos, desde 1584 exactamente; y cada vez que alguna persona de la familia va a morir no deja de aparecer.
Con el siguiente ejemplo podemos notar, por otra parte, que el tiempo narrativo es retrospectivo, pues se relata algo ya pasado:
Y antes de que la aterrorizada anciana hubiera podido intervenir, se hincó de rodillas y comenzó a restregar el piso con una barrita que parecía de cosmético negro. Al cabo de unos instantes, no quedaba el menor rastro de la mancha de sangre.
La atmósfera es de suspenso/misterio, al tratar la historia sobre el fantasma de Canterville Chase y sus esfuerzos por asustar a la familia Otis.
Me gustó el cuento, es algo diferente a todo lo que he leído. Sin embargo, en ocasiones el narra-
dor usa palabras raras, que no todo lector entenderá. No me agradó que el autor no se exprese más en la historia, como para poder percibir los sentimientos.

Referencia:
Wilde, O., El fantasma de Canterville. Disponible en: http://www.ataun.net/bibliotecagratuita/Cl%C3%A1sicos%20en%20Espa %C3%B1ol/Oscar%20Wilde/El%20fantasma%20de%20Canterville.pdf

(Tercer semestre, 2017)

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