lunes, 6 de agosto de 2018

Mi vida lectora y escritora



Luis Edgardo Adame Ayala


Nací el 18 de agosto del 2001 en Mexicali, Baja California. En mi primer año de edad mi familia y yo nos mudamos a la ciudad de Tijuana, por el trabajo de mi papá.
Cuando entré a tercer grado de kínder en el Colegio Hispano Americano mis maestros me empezaron a enseñar a leer y escribir, pero solo cosas básicas, como mi nombre, los números, las vocales, el alfabeto, etcétera. Al comenzar a cursar el primer año de primaria fue cuando aprendí a leer y a escribir, gracias a mi maestra y un libro con el que nos apoyamos para practicar.
En segundo nos mudamos de vuelta a Mexicali, y por obvias razones entré a otra escuela, llamada Colegio México, donde en tercer grado participé en mi primer concurso de cuentacuentos, en el que solo pasé a la segunda ronda. Mi maestra nos ayudaba mucho para subir nuestro nivel de lectura y escritura, haciendo evaluaciones todos los viernes y poniéndonos ejercicios a diario.
En el mismo año escribí uno de mis primeros textos: el cuento. Fue un texto sencillo, pero bueno para alguien de mi edad; lo que recuerdo es que era como de terror y tenía que ver con una juguetería embrujada. Recuerdo que casi todos los meses escribíamos algún texto para seguir practicando.
En cuarto de primaria asistí a otro concurso de cuentacuentos, pero no pasé a la siguiente ronda. Creo que no era mi actividad favorita.
En quinto grado me cambié de escuela, al Colegio Frontera, en la avenida Ignacio Zaragoza. Ahí seguí escribiendo y leyendo, porque la maestra nos asignaba esas tareas.
Cuando entré a secundaria en el Instituto Salvatierra, en segundo me empezó a impartir Español un profesor llamado Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar, quien nos inculcó a mis compañeros y a mí el hábito de la escritura y la lectura desde todos sus detalles, para poder realizarlo de manera correcta. Nos enseñó qué hacer antes, durante y después de leer o escribir un texto; también con cuáles fuentes y con cuáles no guiarnos al escribir, para que la información fuera más completa. En ese año comencé a leer mi primer libro, llamado Jugando con propósito, que trataba de jugadores de béisbol que han dedicado su carrera a Dios y su familia; me faltó un solo capítulo para terminarlo.
El mismo maestro me dio en primero y segundo semestres de preparatoria en la misma escuela, pero esta vez la materia se llamaba Taller de Comprensión Lectora, que era como una adición al Taller de Lectura y Redacción. En su clase escribimos varios textos, como comentarios y creo que uno que otro cuento. Ahora curso el tercer semestre de preparatoria y estoy escribiendo este texto, un tipo de autobiografía, pero de mi vida lectora y escritora.

(Tercer semestre, 2017)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario