viernes, 26 de febrero de 2021
Mejor amigo
miércoles, 24 de febrero de 2021
Luchando por causas justas
Gabriel Adolfo Moreno Sánchez de la Vega
Una gran mujer llamada Carmen Gabriela Sánchez de la Vega del Valle llegó a este mundo el 31 de enero de 1974 (como se registra en su acta de nacimiento), veinticinco días después de la inauguración del primer canal deportivo en México, el DeporTv.
Ella ha trabajado en el Gobierno del Estado de Baja California y la mayor parte de su vida laboral la ha pasado como docente/coordinadora de la preparatoria del Instituto Valle de Mexicali, en la capital del estado. Toda su vida ha residido en esta ciudad.
Sus padres, María del Carmen Valle Valle (sonorense) y Gabriel Sánchez de la Vega de la Teja (de origen español) se conocieron en Sonora. Luego de estar un tiempo juntos, él decidió venir a Mexicali para probar suerte y encontrar trabajo, con el fin de establecerse con su ya esposa.
Gabriela vivía con su familia (sus padres y su hermano menor, Jorge) en la colonia Justo Sierra. Ella siempre ha estado ambientada por una economía próspera, en parte gracias a la frontera; en su niñez no había tantas diferencias y clases sociales. Su mamá era ama de casa, con estudios de contabilidad, y su padre un gran químico, quien tiempo después descubriría los restos del jesuita Francisco Eusebio Kino en Sonora, junto con amigos arqueólogos.
Mexicali era tranquila, sin grandes edificios, no había distribuidores viales; era pequeña, tenía mucha seguridad; concretamente, una zona bonita.
Gaby siempre ha soportado la temperatura extrema de la ciudad, ya que, según ella, “si no te estás congelando, te estás derritiendo”.
Estudió su primaria en la Escuela Urbana Federal Mercedes Carrillo, siempre con buena conducta y excelentes calificaciones. A veces jugaba volibol y futbol con sus amigos en el recreo.
La secundaria la cursó en la Escuela Estatal Número 4. Ahí conoció a quien sería su mejor amiga de toda la vida: Angélica Rodríguez, quien después sería madrina de bautizo del segundo hijo de Gabriela: Gabriel (el biógrafo autor de este texto).
En la preparatoria asistió al Colegio de Bachilleres, donde conocería a otras dos grandes amigas con quienes aún en la actualidad sigue en convivencia. Juntas ingresaron a la UABC y Gaby decidió estudiar derecho, porque siempre le ha gustado luchar por las causas justas.
En 1996 (año en que el Multibanco Mercantil Probursa cambió su nombre a BBV) se graduó de licenciada en derecho. En 1999 (el año en que el papa Juan Pablo ll hizo su cuarta visita a México) nació su primer hijo, Guillermo (como su padre, Guillermo Moreno Sada, con quien se había casado Gabriela ese mismo año).
El segundo de sus descendientes, Gabriel, nació en febrero de 2002 (un mes antes de que se realizara en Monterrey la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo). El tercer hijo, llamado Juan Pablo, vino al mundo en diciembre de 2010, ocho meses después del terremoto de 7.2 grados Richter en Mexicali.
En general, los sucesos más importantes de su vida han sido su matrimonio, sus estudios y su carrera; también la muerte de su padre. “Pero lo más significativo ha sido el nacimiento de mis hijos”.
(Segundo grado de secundaria, 2016)
lunes, 22 de febrero de 2021
Te vas
Quebranto
Al lado de mi sombra
Fiel acompañante, fiel amigo
Luz divina
Alma perdida
Un año
¿Mucho para poco? O ¿poco para mucho?
Su verdad
Dependiente de ti
Titanic
La estrella más brillante
El gato
Mi acordeón y yo
¿Lo sabremos?
Te entiendo y no
La ilusión más bella
domingo, 21 de febrero de 2021
Amor a distancia
La luz de la vida
Nosotras
Recuerdo el día que llegaste
sábado, 20 de febrero de 2021
Sigues estando ahí…
Miradas cromáticas
viernes, 19 de febrero de 2021
El joven del valle
Cuentos en el antiguo Tallereando
Cuando tenía trece años gané una beca para estudiar en el Instituto Americano de Mexicali.
Yo vivía en el valle y le ayudaba a mi papá en un campo de algodón. Mi escuela era de bajos recursos. Pero día en la pared estaba el anuncio de un concurso de becas para estudiar en ese instituto, así que me dije a mí mismo:
―¡Arre! Lo voy a intentar.
Me fui a mi casa y le dije a mi papá:
―Voy a intentar ganarme una beca para estudiar en el Instituto Americano en un concurso.
―Bueno, Enrique. Pero vas a tener que engranarte mucho en el estudio.
―Claro, lo voy a hacer.
Pasé las semanas engranado estudiando, hasta que llegó el día del examen. Estaba muy nervioso, pensaba que todo me había salido mal
Después del examen me fui a mi casa buscando a mi papá. Al llegar, mi jefe se encontraba en la mesa y muy triste le dije:
―Creo que en el examen me salió todo mal.
―No te agüites, ¡tú eres un cachanilla! ―me contestó, tratando de consolarme―. Ya verás que todo va a salir bien.
Pasaron los días, esperando a que llegara la noticia, hasta que recibí un sobre en mi casa. Lo abrí y decía: “¡Felicidades! ¡Usted ha ganado una beca para estudiar en el Instituto Americano!”.
Tras leerlo, comencé a gritarle a mi papá:
―¡Me la rifé, papá!, ¡me la rifé!
―¿En serio? ¡Felicidades! ―me contestó él muy feliz.
―Un autobús me va a llevar a Chicali.
―Bueno, te quedarás en la casa de tu abuela.
A los pocos días llegó el autobús por los becados del Instituto Americano.
―¡Babai, papá!
―¡Babai, Enrique! ¡Salúdame a tu abuela! ―me despidió.
El autobús nos llevaba de casa en casa, hasta que llegó a donde vivía la mamá de mi papá. Al verme bajar del autobús, ella me saludó, muy alegre:
―¡Hola, Enrique! ¿Cómo has estado? Hacía tiempo que no te veía.
―Muy bien, abuela. Espero que tú también estés bien.
―Sí, yo también estoy bien. Ven, pasa tu cuarto. Está al lado del comedor.
Los siguientes días fueron duros. Los niños de mi salón y de la escuela en general me echaban carrilla por ser del valle y pobre. Todo cambió hasta que un niño se me acercó y me preguntó:
―Oye, morro, ¿por qué estás triste?
―Es que todos me echan carrilla por ser del valle y pobre.
―Eso a mí no me importa. Mi nombre es Jesús. ¿Tú cómo te llamas?
―Enrique. Y gracias por ayudarme.
Desde ese momento sentí que todo iba a cambiar. Jesús me defendía de los que me molestaban mientras yo seguía engranado en el estudio; incluso mi abuela me ayudaba en todo lo que podía. El día de los exámenes finales, antes de entrar a la escuela, ella me dijo, tratando de calmarme:
―Tranquilo. Ya verás que todo va a salir bien.
―Gracias, abuela. Te quiero mucho. Babai.
―Babai.
En el examen yo trataba de no desconcentrarme, pues estaba muy difícil.
Al terminar salí muy agotado. Jesús se acercó a mí y me preguntó:
―¿Cómo te fue?
―Bien, creo.
―¡De seguro saliste bien perrón en el examen!
―Espero que así sea.
Días después, en la entrega de reconocimientos, el director mencionaba a los alumnos más destacados del año:
―El tercer lugar es para ¡Pedro, de primero B!… El segundo, para ¡Jesús, de primero A!... Y el primer lugar es para ¡Enrique, de primero A!... ¡Muchas felicidades a los tres!
Desde ese momento todos mis compañeros dejaron de echarme carrilla y empezaron a verme como un amigo.
Máscaras
Solo tú
Final del camino
Efímero
Poemas en el antiguo Tallereando
miércoles, 17 de febrero de 2021
Para estar enamorado
Buenos amigos
Búsqueda de luz
Poemas en el antiguo Tallereando