La luna vigila sus pensamientos,
sus noches en vela, sus
lágrimas, y todo por el vacío
que los separa.
Anhelan sentir al otro
entre sus brazos, el roce
de los carnosos labios, la
llama del amor avivarse.
Vivas imágenes se poseen
del ser culpable de sus
desvelos, y sonrisas que
revelan perlas brillantes.
La esfera blanca por
la oscuridad los acompaña
en sus viajes nocturnos, por
la admiración de los
mundos que tienen como ojos.
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