lunes, 22 de febrero de 2021

Un año



5 de abril, 2019.
Mantas azules y un
bebé duerme.
 
Con piel de luna y 
ojos de cristal

Mirada pura, sin
pecado, corres
aun sin caminar.

Buscas protección en 
mis brazos, diversión
en mis acciones y 
cuidado encuentras 
en mí, tu hogar.

Te extraño al irte,
te amo al volver, 
mi deber cuidarte es.

Juegas o duermes,
comes o ríes.

Un año, tres días
y una lagrima atrás
llegaste a mi día.

Lo desconoces todo,
incluso mi nombre y, 
aun así, sonríes al verme.

Tus manos buscan las
mías al caer la oscuridad,
me sientes y luego duermes.

Entre las cuatro o cinco te vi 
por primera vez,
pequeño y frágil.

Ahora no tan pequeño 
ni frágil, ya no entre
mantas o biberones,
la cuna llora tu ausencia.

El peluche llora,
el espejo anhela y
el biberón ríe.
Crecerás como una 
flor en primavera.

Algún día atrás los 
dejarás, y mi nombre de pronunciar.

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