5 de abril, 2019.
Mantas azules y un
bebé duerme.
Con piel de luna y
ojos de cristal
Mirada pura, sin
pecado, corres
aun sin caminar.
Buscas protección en
mis brazos, diversión
en mis acciones y
cuidado encuentras
en mí, tu hogar.
Te extraño al irte,
te amo al volver,
mi deber cuidarte es.
Juegas o duermes,
comes o ríes.
Un año, tres días
y una lagrima atrás
llegaste a mi día.
Lo desconoces todo,
incluso mi nombre y,
aun así, sonríes al verme.
Tus manos buscan las
mías al caer la oscuridad,
me sientes y luego duermes.
Entre las cuatro o cinco te vi
por primera vez,
pequeño y frágil.
Ahora no tan pequeño
ni frágil, ya no entre
mantas o biberones,
la cuna llora tu ausencia.
El peluche llora,
el espejo anhela y
el biberón ríe.
Crecerás como una
flor en primavera.
Algún día atrás los
dejarás, y mi nombre de pronunciar.
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