Nos escondemos en la música,
nos escondemos en la luz,
nos escondemos en donde nuestra
mente fluya y no esté el presente.
Perdemos el pensamiento
y nos concentramos en hablar con el ahora.
El miedo y la tristeza se alejan
por un instante.
Pero todo regresa.
Al estar enfrente del espejo
destapada es la realidad,
los fragmentos rotos y escondidos caen.
No podemos enmascararnos,
somos nuestra realidad
y el amarnos escasamente
nos hará darnos cuenta de lo bajo que hemos caído.
Podrás seguir escondiéndote,
nada te detiene,
nada te matará,
pero seguirás respirando sin respirar.
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