Días de tierna alegría 
en los que la noche
era una larga espera 
de un llanto que sobresalía
Un mensaje se entonaba
en aquella hora tan esperada
desprendida en la tristeza
de un alma que se derrumbaba
El corazón se estremecía
los recuerdos abundaban
a una mente tan cerrada
que rondaba en la osadía
Su voz aún rondaba
junto a aquellos ojos esmeraldas
un mar de llamadas
a una silueta que no llegaba
El tiempo transcurría
tal como una gran hoguera
intentando reinventar la vida
a una lágrima que se esparcía
 
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