martes, 2 de agosto de 2016

Recorrido por The Grove

Andrea Espinoza Díaz

Era un 27 de febrero. Me levanté y ya era tarde, como siempre. Bárbara, Alejandra y yo nos empezamos a arreglar y salimos corriendo hacia Caléxico. Pasamos la línea, cada quien se fue por su lado. Gisselle y yo habíamos acordado sentarnos juntas. Ella se quedó dormida muy rápido, hasta que llegamos a Coachella; ahí se levantó y fuimos a comer. De regreso en el camión todos nos empezamos a cambiar de lugar, y me senté con varias personas, hasta que al final también me quedé dormida. 

Llegamos a LACMA (Los Angeles County Museum of Art) y nos dieron nuestros boletos, pero todavía no podíamos entrar. Fuimos a The Grove. Es enorme y hay millones de tiendas. Majo, Gisselle, Nancy y yo fuimos a Forever21. Nos enamoramos de los shorts. Había de muchos colores, y prints, y continuamos viendo la tienda. Agarramos nuestras prendas favoritas y corrimos a los vestidores; llevamos nuestras cosas a pagar y nos fuimos.

Nuestra siguiente tienda fue Barnes & Nobles, una librería única. Tres pisos de puros libros, películas y discos, un Starbucks e internet gratis. Es muy variada, miles de estantes y de libros. Ya teníamos títulos en mente, nos pusimos a buscarlos; en el camino agarramos algunas revistas y compramos un café. Por fin encontramos los libros. Los fuimos a pagar, nos sentamos un rato a hablar en el café y al final nos fuimos.

Recorrimos varias tiendas, como Apple, Zara, TopShop, hasta que llegamos a MAC. Las empleadas, muy amables, fueron con cada una y nos ayudaron a encontrar lo que queríamos; nos prestaron algunos lipsticks y makeups para probarlos. Después de varios tonos de rosado, otros tantos de rojo y hasta algunos morados, compré el que quería, al igual que mis amigas. Agradeciendo a las empleadas continuamos nuestro recorrido.

Teníamos hambre y fuimos a comer unos deliciosos pretzels, que son como pizzas. Después, al caminar, vimos a Mila Kunis. No la reconocimos al principio, luego la recordamos y comenzamos a seguirla. Entramos a la Nordstorm con la comida en la mano y fuimos detrás de ella. Continuó escondiéndose entre estantes de ropa, y entrando a los vestidores estaba con su mamá, viendo las prendas.

Por fin nos acercamos a ella y le pedimos una foto. Ella dijo: “No, sorry”. Entonces la comenzamos a grabar y a tomarle fotos. Ahí Gisselle se midió algunas prendas y las compró. 

Luego decidimos ir a buscar al resto de nuestros compañeros, pero no los encontramos. Pensamos que se habían ido y no sabíamos muy bien cómo regresar a LACMA. Fuimos a un restaurante a pensar qué íbamos a hacer, y ahí vimos a Jaden Smith; le gritamos y nos saludó. Al final volvimos al museo, ahí estaban todos.

Como teníamos tiempo regresamos a The Grove con Abel, a ver unas tiendas que nos habían faltado. Vimos las tiendas, y ya no teníamos mucho dinero ni tiempo, así que pedimos un taxi. Regresamos al museo, vimos unas cuantas obras y pinturas; ya era hora de irnos. En el camión Abel y yo nos sentamos juntos. Él no paraba de hablar y no me dejó dormir en todo el camino. Estuvimos conversando, riéndonos, enojándonos. 

A menos de la mitad del camino nos dimos cuenta de que unos compañeros estaban tan entretenidos que se habían quedado. El museo les pagó un taxi hacia la gasolinera en donde nos paramos, y los esperamos. Todos los maestros estaban muy estresados. Al principio no nos dejaron ni bajarnos del camión, y hacía mucho calor. Pasó como una hora. Llegaron nuestros compañeros y seguimos el regreso. 

Me senté con Abel otra vez, pero ahora habíamos comprado los gusanitos de azúcar más ricos del mundo. Charlamos hasta que nos quedamos dormidos, y llegamos a Mexicali. 

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