jueves, 12 de mayo de 2022

Mi pequeño viajecito

Alicia Emilia Cruz Berecochea


Este viaje lo realicé en el 2018. Fue plan de mi abuela que lo hiciéramos juntos (ella y mi primo Damián), ya que, según decía, “éramos ya grandes para viajar solos sin nuestros papás”. Duró alrededor de un mes y recorrimos muchos lugares, incluyendo pueblitos mágicos.


03-junio-2018

Nos subimos al avión que nos llevaría al D. F. El trayecto tuvo una duración de alrededor de tres horas de vuelo. Cuando bajamos fuimos a la central de camiones, donde compramos pasajes que nos llevarían a Tampico (Tamaulipas). Duramos mucho y llegamos en la madrugada a la casa en la que nos hospedaríamos (la cual pertenece a mi abuela).


04-junio 

Nos levantamos temprano, para alistarnos y salir al embarque de Tampico, el cual es un gran edificio viejo y muy bonito. Nos contaron la historia y varias curiosidades de ese lugar, mientras nos daban un recorrido por aquellas paredes y escaleras llenas de cuadros y repisas con estatuas y antigüedades: “Hace muchos años un barco ruso llegó a ese puerto, era un tipo biblioteca, que destacó ya que eran muchos rusos en tierras mexicanas”. También nos contaron que el río que estaba enfrente del embarque separa a Veracruz de Tampico. 


Días después 

Nos quedamos en la casa de unos tíos y nos llevaron a más lugares, principalmente para comer. Fuimos a unos tacos como de vapor, era un lugar muy pequeño. Esa noche hacía muchísimo viento y no tenía paredes el local. Después de comer regresamos a la casa de ellos y jugamos con nuestro primo hasta que fue hora de irnos a dormir. 


15-junio

Nos fuimos en camión hasta arribar a un pueblo donde veríamos a un hermano de mi abuela. Cuando llegamos nos recibió y nos llevó a un ranchito que le pertenece a él. Ahí comimos y nos metimos a la alberca.


16-junio

Llegamos a un pueblito unas tres horas antes de nuestro destino. Se realizaba una feria y compramos muchas cosas (un libro, por ejemplo). Había puestecitos de todo tipo; por ejemplo, uno donde vendían collares que tenían dentro un granito de arroz y en el que podías grabar un dibujito, una fecha y un nombre.

Más tarde

Nos fuimos a Zacatlán (Puebla) y cuando llegamos dejamos nuestras cosas en la casa en la que nos quedaríamos. Recorrimos la gran y hermosa plaza principal. Está rodeada de grandes palacios municipales, museos y cosas que llevan a los residentes a ganar dinero, ya que los turistas (como nosotros, en este caso) los visitan y disfrutan mucho. Es un pueblito mágico tan pequeño que la mayoría de gente se conoce o por lo menos se identifica entre sí. Después de eso fuimos a comer y a descansar. 


17-junio

Otra vez nos levantamos supertemprano y nos presentaron a familiares que teníamos ahí. Desayunamos y nos llevaron a una gran cascada a la cual era un poco difícil acceder. Cuando terminamos de ver ahí fuimos a comer a la casa de nuestra tatarabuela.


18-junio

Fuimos a un pueblito cerca de Zacatlán, donde se encuentra una gran estatua llamada “la colosal Virgen de la Inmaculada Concepción'', que son doce metros de una sola pieza de madera, con detalles de oro y joyas de mucho valor. Fue construida por un padre y su hija. Este gran y hermoso trabajo está exhibido en una muy bonita iglesia.   


Días después 

Fuimos a montar a caballo con unos primos y a unas burbujas de plástico en las que te metías y rodabas. También fuimos a conocer muchos lugarcitos de ahí.


28-junio

Visitamos un templo que en la parte inferior es una pirámide y arriba una superhermosa iglesia, que es muy visitada por muchas personas, tanto de México como de otros países.


Días después 

Nos trasladamos a Puebla y recorrimos uno que otro pueblito cerca de ahí. Probé los huevos de hormiga sin que yo supiera que lo eran (¡iuuuugh, fue algo desagradable, la verdad!, aunque saben salados). Después fuimos a unas pirámides y arreglamos todo para nuestro retorno.


03-agosto

Este día tomamos transporte a México y tristemente volamos a nuestra ciudad, después de un mes de paseo. Antes de que volviéramos mi abuela nos preguntó: “¿Les gustó el viaje?”, a lo cual nosotros, sin dudar, contestamos: “¡No nos hemos ido y ya queremos regresar!”.

Llegamos a Mexicali queriendo habernos quedado allá mucho más. Esos pueblos y ciudades te cautivan tanto que no te alcanza el tiempo para conocerlos por completo. Pude desarrollar una relación más sólida con mi abuela y mi primo, aparte de que conocí a familia que ni yo sabía que tenía.

Ya hace dos años de este grandioso viaje, en el cual aprendí muchas cosas y, gracias a ello, tengo anécdotas que contar. Me enamoré de Zacatlán y pienso volver para conocerlo mejor.

Primer semestre de preparatoria (2020)

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