sábado, 10 de diciembre de 2016

Los tiempos malos son sólo recuerdos pasajeros


Zalma Daena Acosta Cervantes

Esperanzas se marchitan como flores en invierno;
individuos completos, vacíos por dentro,
susurros provenientes del infierno
que destruyen pueblos, planetas y universos.

Sueños cesados del día,
sueños cesados de la tarde,
sueños cesados de la noche,
sueños cesados de la vida.

Anhelos que se esfuman
y desaparecen hechos por palabras frías,
rotos sin poder hacer más,
desmembrados los deseos.

Seres vibrantes, repletos de vida;
brillantes y cálidos como el sol,
todos aquellos tiempos de oscuridad desaparecen,
se vuelven pasajeros y vivimos con nuevas expectativas;
sin importar qué pase,
nuestros pensamientos puros
jamás serán opacados
por tinieblas que del mundo nos rodean.

Lazos sin cuidado


Elena Beltrán Castro

Indiferencia en sintonía,
memorias reviven a falta de olvido.
sin deseo de lo soñado,
carezco de melancolía.

¿Qué hacer cuando no se deben tocar
lazos perdidos y olvidados?
Inoportunos y abandonados,
brutales horas sin aclamar.

Recuerdos por cohesión.
Amargos a color,
negros a sabor.
Inexorable disolución.

Revoluciones mentales.
Tiempo pedido sin usar,
ego que traiciona sin respetar,
destruye ya tus pedestales.

Lujoso todo aquel
que mantiene su cabeza bajo tierra,
que mantiene su mirada a la deriva,
que mantiene impactante lucidez,
que mantiene su esperanza sin serle fiel.

Quiero ser,
y no serle
indiferente,
pero consciente.

La vida es naturaleza



André Alejandro Urquijo González

Ayer eras como las rosas de la primavera
mañana serás como el otoño
mañana serás como su frescura
serás como la propia naturaleza.

Frente a todo deberás ser fuerte
ser el fuerte calor del verano
ser el duro frío del invierno
ser más bien la hermosura de la vida misma.

Estoy muy triste porque…
las flores pelean contra pesticidas y bichos
los animales contra ellos mismos
pero, sobre todo, el mundo contra el ser humano.

Fantasmas a mi alrededor, o Segundo Soneto Pesimista


Karen Patricia Esquivel Ferro

Fantasmas me dicen quién ser, qué ver.
Me miran y muero: no sé qué hacer.
Fantasmas controlan mi vida, gritan.
Me atormentan. Tengo miedo. Tiritan.

Sangre seca y manos muertas me tocan.
Sollozos: en la noche me sofocan.
Enloquezco, pero sé que es real,
mi pesadilla no es accidental.

Y si las sombras que me siguen me odian,
¿por qué me siguen?, ¿por qué me custodian?
Vienen, me asesinan, huyen sin más.

¿Por qué son? ¿Por qué me dejan atrás?
No sé si lo que veo existirá,
Pero, aunque no exista, me matará.

Amiga


Ricardo Servando Corral Pujol

He de disculparme por haberte amado,
por haberte amado en tanto silencio
y sólo mirarte cada mañana, triste,
por contigo jamás haberlo expresado.

Teniéndote ahí, tan bella y tan frágil,
buscando tus ojos cual agua en desierto,
y creando así espejismos lejanos,
que me matan, que me encelan y desgarran.

Mirándote a los labios te canto siempre,
y sin que tú sepas que te amo ferviente
corro hacia tus brazos, que cual fuente mojan
mi agonizante alma de esperanza.

He de disculparme por haberte amado
sin haber intentado hacértelo saber,
pero ten certeza ahora que lo sabes,
que yo al mirarte, al olerte, me pierdo.

No me pidas que me aparte de tu lado,
pues estoy acostumbrado a tu bello ser,
pero si lo pides cortaré este lazo,
lazo que nos une, que me ha dado vida.

Morir no vale cuando mueres por la vida,
y si por amor muero habré vivido bien;
habría preferido vivir, lo admito,
vivir contigo en el amor que callé.