jueves, 4 de julio de 2019

El dilema de Joshua



Todo esto ocurrió cuando teníamos diecinueve años, en 1996, cuando estábamos en la preparatoria. Aún vivíamos los tres en Hampton (un pequeño condado en Massachusetts). Ocurrió cuando Emily era la chica nueva en la escuela. 
Joshua entró al salón un día y nos dijo a Tonny y a mí que había llegado una chica nueva. Nunca había visto una expresión igual en su rostro. Se veía encantado por la noticia. El nombre de la chica que nadie conocía era Emily. Se acababa de mudar desde Boston, por cuestiones familiares. No tenía amigos todavía y era demasiado tímida, así que la primera semana estuvo sola, sin nadie con quien hablar. Joshua solo la observaba y la observaba, como si nunca antes hubiera visto a una chica. Y simplemente nos dijo a Tonny y a mí:
―¿Emily no les parece algo magnífico? Con esos ojos tan azules como el cielo... ese cabello tan obscuro, pero hermoso, como la misma noche... y esos labios que parecen un par de rubíes... 
―¿No crees que estás exagerando un poco? ―respondí a su pregunta.
―Ya sé, Joshua. Pareces un acosador solo viéndola y no le diriges la palabra ―intervino Tonny―. ¿Sabes qué? Si no le hablas tú, tendré que hacerlo yo, amigo.
―¡Tonny! ―exclamó muy molesto Joshua―. ¡No se te ocurra hablarle! Tenemos un acuerdo, ¿lo olvidas?
Unas horas después, cuando solo estábamos Tonny y yo, él me dijo:
―Hey, Erick, ¿no crees que deberíamos dejar a Joshua por su lado? Me refiero a dejar de hablarle. Porque, la verdad, no deja de hablar de Emily y ya me está hartando. ¿A ti no?...
Por un lado, yo ya estaba harto también; pero, por otro lado, Joshua y Tonny eran mis dos mejores amigos. Así que me quedé congelado unos cuantos segundos y no supe qué decir. Simplemente le contesté:
―Bueno, la verdad, estoy muy cansado para discutir, Tonny, así que me iré a casa, ¿sabes?
Y así pasaron los días, hasta que Joshua decidió hablarle a Emily por primera vez. Lo primero que le dijo fue:
―¡Hola! Seguramente tú eres Emily.
Ella respondió, muy emocionada:
―¡Sí! ¿Cómo supiste?
―¡Qué pena decirlo de esta forma!, pero, la verdad, desde tu primer día de clases te miré y no he podido dejar de hacerlo, ¿sabes? 
Emily estaba roja como un tomate, increíblemente apenada, y le contestó con algo que ninguno de los tres nos pudimos haber imaginado antes:
―¿Es en serio? ¡No puedo creerlo, yo también! Pero también se me hace muy guapo tu amigo Tonny.
Y Joshua, en verdad, no sabía cómo debía reaccionar. Ciertamente estaba en parte feliz, porque Emily sentía lo mismo que él; pero también sentía algo de rabia al saber que su mejor amigo podría quedarse con la chica, solo por el hecho de que todas las personas lo creían increíblemente genial y divertido.
Siguieron pasando los días y Emily ya era parte de nuestro grupo. Ya no éramos tres mejores amigos: ahora éramos tres mejores amigos y Emily. Pero ella ya se llevaba demasiado con esos dos peleoneros de Joshua y Tonny. Y creo que esto de ser tan unida a nosotros era para conocer más a fondo a los dos chicos que le gustaban, porque literalmente a mí ni siquiera me hablaba.
Un día ―para ser exactos, antes de navidad―, Joshua invitó a cenar a Emily; pero unas horas más tarde Tonny decidió hacer lo mismo, y ella no supo qué hacer. Mientras tanto, este le dijo a aquel: 
―Bien, Joshua, ahora veremos con quién decide quedarse Emily.
A lo que Joshua, demasiado serio, respondió:
―Lo sé. Pero teníamos un acuerdo y lo sabes muy bien. Los tres sabemos que la vi antes que tú, así que, si sigues con esto, créeme que perderás mi amistad por completo. 
―¡No ocupo tu amistad para ser feliz! ―exclamó Tonny con una voz intensa.
Llegado el día, Emily decidió ir a cenar con Joshua. Créanme que aquí yo ya soy únicamente un narrador: ya estaba fuera de la vida de mis dos mejores amigos, solo porque me habían cambiado por una mujer.
En la cena, Emily comenzó a decirle a Joshua que le gustaba, a lo que él contestó que el sentimiento era mutuo. Pero ninguno sabía que Tonny estaba fuera de la casa.
En el justo momento Joshua dijo:
―Emily, llevamos tiempo conociéndonos, y en verdad siento algo por ti. Así que quiero saber si quieres ser mi novia.
Al momento que Emily escuchó esto respondiò:
―¡Siií! ¡Claro que sí!
Y nadie supo cómo Tonny logró escuchar todo. Tal vez habría algún micrófono  que le permitió oír la conversación, ya que, al momento que Emily dio el sí, él tocó la puerta.
Joshua abrió y le dijo:
―Sin remordimientos, hermano. Emily ya me aceptó…
Tonny no lo dejó terminar y lo abrazó, encajándole un cuchillo en el estómago, y le susurró claramente en el oído:
―Te dije que no necesitaba tu amistad, querido Joshua.
En cuanto hizo esto, Tonny abandonó el lugar en un auto y nadie más lo volvió a ver. Pero Joshua estaba herido gravemente y Emily lo llevó al hospital. 
Antes de entrar a urgencias, ella le dijo: 
―Todo estará bien. No te preocupes, aquí te van a ayudar…
Al salir el doctor, anunció la muerte de Joshua. Había perdido una cantidad extrema de sangre y no se pudo hacer nada al respecto. 
Finalmente, Joshua no solo perdió mi amistad y la de Tonny. También perdió la vida.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario