jueves, 27 de mayo de 2021

Abrazos y lágrimas durante una pandemia

Luna Reneé Camacho


El proceso de selección de la obra que montaría con títeres en la clase de literatura fue bastante sencillo. El profesor Carlos Gutiérrez mandó una lista con algunos guiones teatrales de alumnos de semestres pasados y del nuestro. Elegí el que escribió Jéssica Galaz, titulado Abrazos y lágrimas. Trata de una adolescente que acaba de perder a su madre. Una noche sueña con ella y esto la vuelve un poco más fuerte, así que mira todo desde una perspectiva diferente, esperando algún día reencontrarse con quien le dio la vida. El libreto consta de cuatro escenas con una misma escenografía.

Escenificar una obra de teatro es más fácil que adaptar todo a un montaje con títeres. Sin embargo, al momento de crear el teatrino me emocioné, pues ya sabía exactamente cómo lo iba a hacer. Busqué en mi casa cajas de cartón que pudiese reutilizar, diamantina, algo que se pareciera a cortinas, entre otros materiales, para producirlo. 

Comencé recortando la parte de enfrente, dejando un marco; toda la parte trasera la quité y una de sus bases la corté por la mitad. En una hoja negra dibujé las máscaras de drama (una triste y una feliz) con plumón plateado; en la parte a la que quité la cara completa de la caja pegué pequeñas cortinas que tomé de un juguete, puse diamantina roja en todo el marco y las máscaras las coloqué en el centro. De esta forma terminé la primera parte de mi teatrino.

Una vez elaborado este, volví a leer el guion para saber qué escenografía usar durante toda la obra. La autora especificó que es un cuarto con una simple cama, un escritorio con libros, una laptop y un cuadro; también incluye una silla. Debido a que este proyecto se realizó durante la pandemia, no pude salir a conseguir lo necesario, así que opté por usar juguetes y hacer la laptop, los libros y el cuadro de una caja de zapatos. 

Todo el proceso de elaboración de los materiales se tuvo que grabar como evidencia y mandar el video al profesor. Debido a que no hice mucho para la escenografía, simplemente en la grabación mostré los juguetes y los puse en donde debían ir dentro del teatrino; por igual, mostré cómo hacía los libros y demás con la caja de zapatos. 

En el último video de evidencia mostré la selección de personajes. ¡Y vaya que fue difícil encontrar algo que pudiese bajar la cabeza, verse las manos, pasar las manos por su cabello y tomar las manos de los demás personajes! Lo único que podía hacer todo eso eran muñecos 一lo que más adelante fue un problema一. En ese video mostré cómo cambiaba los atuendos a colores negros, para representar el luto. 

Edité la evidencia sin ningún problema, porque simplemente puse todos los videos en time lapse 一que consiste en una reproducción más rápida一 y agregué música de fondo y los créditos. Cuando tuve dificultades fue al empezar el ensayo de los diálogos, que estuvo gracioso, pues en ese momento elegí las voces para todos los personajes mientras leía. 

La voz de Daniel estuvo sencilla de realizar, pues solo la hice grave, aunque fue donde más me reí, porque no estoy acostumbrada a hablar así. Para Sofía simplemente utilicé mi voz normal, no hubo dificultad. Sin embargo, aún me quedaban otras dos voces femeninas que hacer. Tardé un poco decidiendo y al final agregué un acento diferente a ambas voces. Teniendo esto listo, me quedaba practicar cuándo entraba cada voz, lo que fue un desafío, porque me equivocaba mucho al leer el guion. Me vi en la necesidad de practicar más los parlamentos con cada voz. 

Durante este ensayo, a pesar de que le advertí a mi familia que estaría grabando, mi papá entró al cuadro de la cámara hablando con una voz muy alta. Aquí fue donde tuve que editar mucho, no solo para sacarlo a él, sino porque diseñé un letrero de No entrar y otro de Silencio por favor, estoy grabando; además, había una mosca volando enfrente de la cámara, que se escuchaba mucho por lo cerca que estaba. Simplemente quité los fragmentos innecesarios, pero me tardé bastante. 

El primer ensayo con los títeres 一que en realidad eran muñecos一 fue todo un desastre. Aún no me aprendía bien los parlamentos y me equivocaba mucho al cambiar de voz para cada personaje. Otro problema fue que mis muñecos se me caían con frecuencia o se me olvidaba moverlos cuando hablaban. 

Fuera de los ensayos grabados, practiqué sola en mi cuarto y cuando solo faltaba hacer los dos ensayos de ritmo ya tenía la habilidad de mover los muñecos de la forma correcta. Los únicos errores eran que mi cámara se apagaba, me fallaba el sonido o me trababa al hablar. 

A un día de entregar el primer video de esta fase me pasó lo peor: el profesor se percató de mis muñecos y dijo que no contaban como títeres, así que tuve que buscar cómo hacer unos rápidamente. 

Después de mirar ideas en internet, opté por utilizar el cartón que está dentro de los rollos de papel. Utilicé cuatro: tres para mujeres y el restante para el único hombre. El cabello lo hice con tiritas de papel, que pinté con plumón y las pegué en la parte superior de los rollos; para la ropa, los envolví a todos en papel negro y dibujé detalles con un plumón plateado; para los rostros, con una pluma delineé ojos, boca y nariz, siendo rojos y gruesos los labios de las mujeres. 

Tuve que practicar más para los movimientos de estos nuevos títeres, porque me entorpecía mucho y después de los ensayos de ritmo se entregaría la escenificación final. Pero los tarugos que sostenían a los títeres se despegaban a cada rato, haciéndome parar la grabación y tomar más tiempo del que debería pegando de nuevo y reiniciando la obra.

Llegó el día de la escenificación y grabé más de tres veces. Fue cuando más interrupciones tuve, pues mis hermanos estaban gritando mucho; al momento de encender las luces, durante la obra, mi cámara se desenfocaba;  los parlamentos de repente ya no me salían fluidos, como en el primer intento de hacer la escenificación final. Me comencé a desesperar bastante, así que, cuando logré decir los diálogos sin interrupción alguna fuera de mi cuarto, me di por vencida.

Editando este último video, tuve que grabar aparte la última escena, porque mi cámara desenfocó todo cuando encendí la luz en el último intento. Al editar pegué esas dos partes; al momento de apagar la iluminación quité el sonido para que no se escuchara el cambio de títere y agregué los créditos. Terminando esto, no quedé satisfecha, pero mandé mi trabajo así. 

Al día siguiente me puse nerviosa por mi calificación, de tal manera que volví a hacer la escenificación en un momento en el que mis hermanos no estaban cerca. Resultó mejor que todos los demás intentos; esta vez no edité nada, solo agregué los créditos y me sentí más cómoda con el resultado. 

La obra Abrazos y lágrimas en sí no me agradó tanto, pero la manera en que la protagonista se expresa fue lo que me llamó más la atención, además del hecho de que no es muy larga. Me gustó también que los diálogos son realistas, al igual que la historia. La autora de verdad captó ese sentimiento de la pérdida de una persona importante. 

En el guion se especifica muy bien qué escenografía se debe utilizar, qué ademanes hacen los personajes y cómo se sienten; eso fue de gran ayuda al momento de la escenificación, aunque omití algunas cosas por el hecho de representarla con títeres y no con personas.

Creo que si la obra se montara con actores le haría mucho más justicia al trabajo de la autora que lo que yo logré al escenificarla de esta manera. Al final, no me pareció que la forma como realicé el montaje haya sido completamente correcta, porque sé de lo que soy capaz y pude haber hecho un mejor trabajo con mayor esfuerzo. Por otro lado, sin embargo, no resultó un fracaso, porque se cumplió con la rúbrica y con el objetivo del proyecto. 


Cuarto semestre de preparatoria, 2020

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