Guiones teatrales en el antiguo Tallereando
PERSONAJES
Julio
Daniela
César
Iván
Mónica
PRIMERA ESCENA
Julio se encuentra en la cocina de su casa platicando con Mónica, su mamá. Hay una mesa, sillas, platos y estufa.
JULIO: (Con una voz de dormido) Buenos días, mamá. ¿Cómo amaneciste?
MÓNICA: (Alegremente) Muy bien. ¿Y tú, hijo?
JULIO: ¡Qué bueno, mamá! Amanecí muy bien también, aunque un poco cansado.
MÓNICA: ¡Ay, qué bueno, hijito! Mira, te hice desayuno. Siéntate a comerlo antes de que se enfríe.
JULIO: Muchas gracias, mamá... ¡Hiciste huevo con salchichas, qué rico!
MÓNICA: Lo hice porque sé que te gusta mucho.
JULIO: (Sonriendo) ¡Ay, mamá, me consientes mucho!
MÓNICA: Es que eres mi chiquito y te quiero mucho. (Pausa) Oye, hijo, ¿has pensado sobre lo que harás cuando acabes la preparatoria?
JULIO: (Se pasa la comida que tiene en la boca) Fíjate que todavía no sé qué hacer, estoy muy indeciso. Por una parte, tengo la posibilidad de perseguir mis sueños y estudiar en una universidad fuera de la ciudad y aspirar a ser un basquetbolista profesional; o también puedo quedarme aquí contigo, mis amigos y Daniela. Es un dilema sin fin.
MÓNICA: Mira, hijo, si yo estuviese en tu lugar perseguiría mis sueños sin dudarlo, porque ten por seguro que todos aquí te apoyamos, cada decisión que tomes.
JULIO: Lo sé, y tienes razón, pero no los quiero dejar solos aquí. ¿Qué pasaría si se accidentan o hay una emergencia?
MÓNICA: No te debes preocupar por nosotros, debes hacer lo que sea mejor para ti.
JULIO: Todavía no tengo seguro qué haré, mamá.
MÓNICA: (Piadosamente) No te apures, mijo, aún tienes algo de tiempo para decidir y yo sé que elegirás la mejor opción.
JULIO: Tienes razón, mamá, lo estaré pensando. Bueno, me tengo que ir a la escuela, que ya se me hace tarde. (Bromeando) No me vayas a extrañar.
Sale Julio, seguido poco después por Mónica.
SEGUNDA ESCENA
Julio entra con un carro de cartón y atraviesa el escenario.
Explanada de la escuela. Para esta escena solo se necesitarán el carro de cartón y mochilas para cada personaje.
Entra Julio y empieza a caminar en círculos, como si estuviera pensando.
Entra Daniela a la escena y camina hacia Julio mientras este termina de hablar. César e Iván están del otro lado del escenario platicando entre ellos.
JULIO: (Para sí mismo) Ya es la última semana para entregar aplicaciones en la UCLA y esa ha sido mi universidad de ensueño desde que soy pequeño. ¿Qué haré...? Bueno, lo que sea que decida debe ser rápido, que ya no me queda mucho tiempo... ¡Qué bueno que ya salí de clases por hoy!
DANIELA: (Alegremente) ¡Hola, Julio! ¿Cómo estás?
JULIO: (Confundido) ¡Hola, princesa!... Un poco confundido.
DANIELA: (Preocupada) ¿Qué pasó, Julio? ¿Por qué estás así? ¿Te fue mal en alguna clase?
JULIO: Lo que pasa es que ya será la fecha límite para entregar las aplicaciones en la universidad y todavía tengo mis dudas.
César e Iván se acercan a Julio y Daniela.
JULIO: (Señala hacia sus compañeros) ¡Mira, ahí vienen los demás!
CÉSAR E IVÁN: ¡Hola, chicos! ¿De qué hablan?
DANIELA: Sobre la decisión de Julio. Ya casi es el día.
CÉSAR: ¡Ay, Julio! Es una decisión muy obvia. Deberías ir a aplicar. Total, no está asegurado que te acepten.
Iván le da un golpe leve en el hombro a César.
IVÁN: No digas eso, César. Julio es el mejor jugador de la ciudad, obviamente lo aceptarán. Además, es normal que tenga sus dudas. Ha estado en Portland toda su vida y siente una conexión con la ciudad. ¿Verdad, Julio?
JULIO: Exacto, Iván. Es por eso que no logro decidir.
DANIELA: No te preocupes, Julio, nosotros te apoyaremos sea lo que decidas. Te extrañaremos si te llegas a ir, pero estaremos apoyándote cada paso del camino.
JULIO: ¿En serio? ¡Muchas gracias! A los tres. ¡No saben cuánto los aprecio…! (Los abraza) Bueno, ya es hora de irse a comer. (A César e Iván) Nos vemos mañana.
Salen César e Iván por un lado del escenario y Daniela y Julio van juntos hacia el carro. Atraviesan el escenario con él.
TERCERA ESCENA
El comedor de la casa de Julio.
Entran Julio y Daniela.
JULIO: (Mientras entra en escena) ¡Hola, mamá! Ya llegamos de la escuela. (Pone su mochila en el piso)
Mónica entra en escena con una canasta de ropa.
MÓNICA: ¡Hola! Estaba poniendo la ropa a lavar.
DANIELA: Buenas tardes. ¿Cómo está?
MÓNICA: Muy bien, ¿y tú?
DANIELA: Muy bien también.
MÓNICA: ¡Qué bueno! ¿Cómo les fue en la escuela?
JULIO: Nos dieron calificaciones de matemáticas. Nos fue bien.
MÓNICA: ¡Ay, qué felicidad…! Miren, les hice de comer.
DANIELA: ¡Se ve muy bueno!
Daniela y Julio se sientan y empiezan a comer.
MÓNICA: Oye, hijito, estuve pensando sobre lo de tu decisión importante y…
JULIO: Dime, ¿qué pasó?
MÓNICA: Personalmente, pienso que deberías ir a perseguir tus sueños, mi rey. Lo único que no espera a nadie es el tiempo, Julio; deberías perseguir tus sueños antes de que sea muy tarde. Tienes mucho que ganar y poco que perder yéndote a estudiar a la universidad a la que deseas entrar.
DANIELA: Yo estoy de acuerdo con tu mamá. Yo pienso que deberías buscar tu propio camino. Nosotros no nos iremos a ningún lado, te esperaremos y apoyaremos todos los días.
JULIO: (Pensando) Hmmm, tienen razón. Nunca lo había visto de esa manera. ¡Tienen toda la razón! (Emocionado) ¡Voy a aplicar para la universidad! ¡Lo haré!
MÓNICA: (Emocionada) ¡Sí, lo harás! ¡No solo aplicarás, serás admitido y te convertirás en el mejor jugador de básquetbol del estado!
DANIELA: ¡Por Dios, qué emoción!
JULIO: Por cierto, mamá, este espagueti te quedó muy rico. ¡Muchas gracias!
MÓNICA: ¡Ay, muchas gracias, príncipe!
Suena el teléfono de Daniela mientras Mónica levanta los platos de la mesa. Daniela contesta. Sale Mónica con los platos.
DANIELA: ¿Bueno...? Hola, mamá. Sí... Sí... Estamos terminando de comer... Okey, yo voy por él.
JULIO: ¿Todo bien?
DANIELA: Sí, era mi mamá. Quiere que pase por mi hermano, que está en su entrenamiento de futbol.
JULIO: Pero no traes carro. Yo te llevo.
DANIELA: (Felizmente) Me parece bien.
Salen Julio y Daniela.
CUARTA ESCENA
Se encuentran en el parque. Para esta escena se necesitan una pelota y una pequeña canasta de basquetbol.
Entran Julio, Cesar e Iván. Caminan hacia la canasta del parque.
CÉSAR: (Botando la pelota de basquetbol) ¡Vengan, hay que jugar retas entre los tres!
JULIO: (Emocionado) ¡Genial! Sirve que practico un poco para mi entrenamiento de la UCLA de mañana.
IVÁN: Sí. Nomás ten cuidado, ¿eh? No queremos que te lesiones. (Suelta una risita).
CÉSAR: ¡No eches la sal, Iván! No pasará nada, solo son retas.
JULIO: Ajá. Un par de clavadas aquí y allá no me lastimarán.
IVÁN: Bueno, yo solo decía.
JULIO: (Con una sonrisa) No pasa nada. Gracias por preocuparte por mí.
Llegan a la canasta. César se prepara para tirar.
CÉSAR: (Con seguridad) ¡Miren esto!
César tira, pero no logra encestar. Todos ríen.
IVÁN: (Burlándose) ¡Muy buena, César! Deberías reemplazar a Julio en el equipo.
Todos ríen de nuevo. César va tras la pelota.
JULIO: (Con una sonrisa entre los dientes) ¡Venga, mi turno! ¡Pásamela!
Julio clava la pelota con facilidad. Celebra gritando y presumiendo los músculos.
JULIO: ¡Qué les dije, pues! Soy muy bueno.
IVÁN: No te pongas a presumir, porque te gano en un 1 contra 1.
JULIO: ¡Dale, pues! ¡Tú empieza!
IVÁN: (Lloriqueando) Era broma. Pero sí te gano. Pásame la pelota.
Iván tira, pero falla. Julio toma el rebote y se aleja de la canasta.
JULIO: ¡Llégame, pues! Si no, va a ser muy fácil.
IVÁN: Si tú lo dices.
Al llegar Iván con Julio, este empieza a correr hacia la canasta; pasa al lado de Iván. Al estar cerca de la canasta salta para clavarla. Pero al caer lo hace con la pierna chueca y se desgarra la rodilla.
JULIO: (Preocupado) ¡Oh, no!
La escena se oscurece.
TELÓN
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