domingo, 16 de mayo de 2021

La venganza de mi madre

Guiones teatrales en el antiguo Tallereando 


Annette Fernanda González Cota


PERSONAJES

  • Maribel

  • Edgardo

  • Alan

  • Antonieta

                                          

ESCENA 1

Edgardo y Maribel se encuentran deprimidos sentados en la sala de la mansión donde se encuentra un sillón, una chimenea, una ventana y una alfombra.

MARIBEL: ¡No puedo creer lo que acaba de pasar! ¡Me quiero morir! (Respira con dificultad).

EDGARDO: Tranquila, Maribel, no fue nuestra culpa. (Se acerca a ella) Nuestro hijo estaba enfermo, no podíamos evitar su muerte.

MARIBEL: (Decepcionada) Tal vez sí, si le hubieras puesto más atención y le hubieras pagado un buen doctor.

EDGARDO: ¡CÁLLATE! No discutiremos eso. Igual, no se puede remediar nada. Nuestro hijo ya murió.

MARIBEL: (Sollozando) Exacto, y por tu culpa. 

EDGARDO: Mira, Maribel, ya me estás colmando la paciencia. (La agarra del brazo) ¡A mí no me vas a andar diciendo qué hice bien o qué hice mal! ¡Yo mando aquí y me respetas! (La suelta enojado).

MARIBEL: (Alterada) ¡Eres muy ignorante, ya estoy harta! ¡Ya no puedo seguir así!

EDGARDO: ¡AHH!, ¿ahora eres tú la que ya no puede seguir así? Yo soy el que te está aguantando tus lloraderas.

MARIBEL: ¿Sabes…? Hay una manera en la que ya no me tendrías que estar aguantando. (Se levanta del sillón) Simplemente ya no puedo estar contigo. (Se limpia las lágrimas).

EDGARDO: (Se levanta también y se acerca a Maribel) ¡Tú no me vas a dejar a mí, eso te lo prohíbo!

MARIBEL: No tengo por qué seguir aguantándote, si lo único que me mantenía aquí era nuestro hijo, Alan. (Quita a Edgardo empujándolo levemente hacia atrás) ¡Me voy!

EDGARDO: (Enojado) ¡Tú no vas a ningún lado!

Edgardo detiene a Maribel y accidentalmente la noquea contra la pared.

Maribel cae al piso y queda tirada. Edgardo se agacha a su lado.

EDGARDO: ¡No puede ser, qué he hecho! (Se dirige a la puerta). No debo estar aquí cuando llegue la policía. 


ESCENA 2

Edgardo abre la puerta y ve a un niño.

EDGARDO: (Sorprendido) ¿Hijo? 

ALAN: (Sonríe) ¿Me extrañaste, padre? 

EDGARDO: (Se talla los ojos) ¿Alan? ¿En serio eres tú? ¡No puede ser que estés aquí! ¡Tú moriste, yo lo vi!

ALAN: (Sonriendo) Sigo muerto, padre.

EDGARDO: (Confundido) ¡Vete… vete de aquí, salte de mi mente! ¡Sé que solo eres parte de mi imaginación!

ALAN: No, padre. He venido a cumplir justicia. Necesito que me acompañes a un lugar especialmente hecho para ti.

EDGARDO: ¿Cómo piensas llevarme? (Tembloroso) Ni siquiera puedes tocarme o tocar cosas.

ALAN: (Se ríe) Te sorprenderían, padre, las cosas que puedo hacer cuando me lo propongo.

EDGARDO: (Confundido, da un paso hacia atrás) Hijo, no sé de qué estás hablando, pero tengo cosas que hacer, así que desaparece. ¡VETE DE AQUÍ!

ALAN: Lo siento, padre. Tengo que hacerlo. (Agarra la mano de Edgardo muy fuerte).

Edgardo grita.

Se crea una neblina, Edgardo se desmaya y Alan se lo lleva con él.


ESCENA 3

Maribel vuelve en sí.

MARIBEL: ¿Edgardo? ¿Estás aquí? (Se trata de levantar). ¡Edgardo, ayúdame! (Preocupada) ¿Qué es esa neblina de la entrada?

El teléfono de Maribel empieza a sonar.

MARIBEL: (Confundida) ¿Quién habla? 

ANTONIETA: (En off) Soy yo, Antonieta. (Se ríe) ¿Cómo es que no me reconoces? ¿Te golpeaste en la cabeza o algo así?

MARIBEL: (Entre lágrimas) Tuve una pelea fuerte con Edgardo... y me dejó inconsciente en el piso... Cuando me desperté ya no estaba.

ANTONIETA: (Preocupada) ¿Es en serio lo que estás diciendo? Ya voy para allá, no te muevas.

MARIBEL: ¡Apúrate, tengo miedo!

Se oscurece el escenario.


ESCENA 4

Se ilumina el escenario. Maribel se encuentra recostada en el sofá. Llega Antonieta y toca la puerta.

MARIBEL: ¡RÁPIDO! Entra.

Entra Antonieta rápidamente y abraza a Maribel.

ANTONIETA: ¿Cuánto tiempo llevabas inconsciente? 

MARIBEL: No lo sé... no mucho. Quiero pensar que fue a pedir ayuda y no solo me dejó aquí, como si en verdad estuviera muerta.

ANTONIETA: Maribel… (Agacha la cabeza y le toca el hombro) Edgardo nunca fue buen esposo y lo sabes. Siempre me dio una muy mala vibra.

MARIBEL: Lo sé. La verdad, yo pensé que en realidad me amaba.

ANTONIETA: Bueno. Ya no pensemos en eso. (Mira hacia la pared. Grita asombrada) ¡No puede ser! (Nerviosa) Maribel… ¿por qué tienes escrito eso en la pared?

MARIBEL: ¿Qué cosa...? No veo nada... Tranquila, tranquila, de seguro es polvo.

ANTONIETA: (Sarcástica) ¿Cómo va a ser polvo...? Maribel, (la toma de la mano) ¡mira! Está escrito en rojo y dice: “Ya todo terminará, madre”.

Ambas se miran fijamente a los ojos.

ANTONIETA: (Asustada) ¡Vamos a escondernos! De seguro fue el espíritu de tu hijo.

MARIBEL: No digas tonterías. Eso es imposible, mi hijo está… (grita) ¡muerto! ¡¿Recuerdas?! (Se cubre la cara con las dos manos).

ANTONIETA: (Le toca el hombro) Sí, claro que recuerdo...  Pero…dime… ¿quién más hubiera escrito eso? ¿Qué crees que signifique?

MARIBEL: No lo sé... Mi hijo solía vernos a mí y a Edgardo pelear muchas veces... Hasta pienso que Edgardo y Alan no se llevaban bien... (Toca la pared). ¡Antonieta! Esto está escrito con sangre.

ANTONIETA: (Asustada y con voz temblorosa) Maribel… ¡llama a la policía ya!

Maribel llama, sin recibir respuesta. Antonieta se muestra muy nerviosa.

MARIBEL: No contestan. (Tira el teléfono). 

ANTONIETA: Se ha de haber ido la señal... (Molesta) A mí tampoco me funciona.

MARIBEL: (Toma su teléfono y empieza a escribir) Les dejaré un mensaje de texto, para que vayan investigando la desaparición de Edgardo. (Manda el mensaje).

ANTONIETA: Yo digo que esta frase escrita en la pared puede ser la clave de todo lo que te está pasando, pero no sé quién pudo haberla escrito. (Pausa) No sé tú, pero yo sí creo en fantasmas, y como tu hijo murió aquí puede que él lo haya escrito.

MARIBEL: ¿Tú crees? (Toca la frase de la pared) Alan nunca se llevó bien con Edgardo, pero no creo que él haya tenido algo que ver con su desaparición... (Se vuelve hacia Antonieta, con preocupación) ¿O tú crees que sí?

ANTONIETA: Solo digo que, si mañana vuelve a aparecer esa frase o alguna otra pista, la sigas y veas a dónde te lleva o trates de descifrar que quiere decir. (Se pone de pie y camina hacia la salida) Bueno, ya está oscureciendo. Me tengo que ir ya. Nos vemos mañana.

MARIBEL: (Se pone de pie y camina tras ella) Sí, está bien, descansa. Gracias por venir.

ANTONIETA: No hay de qué.

Se dan un abrazo de despedida. Antonieta sale y se oscurece el escenario.


ESCENA 5

Se ilumina el escenario con luz clara, para representar el nuevo día. Antonieta toca la puerta y Maribel abre.

ANTONIETA: (Abraza a Maribel) Buenos días, Maribel.

MARIBEL: Buenos días... No vas a creer lo que estoy a punto de decirte (emocionada la lleva a la sala).

ANTONIETA: ¿Qué cosa? ¡Dime!

MARIBEL: (Apunta al piso) ¡Ve esto…! Es otra frase y dice lo mismo que ayer, pero está escrita en el piso.

ANTONIETA: (Temblorosa) Eh… ¡no sé qué decirte! La verdad es que... me da mucha mala vibra y presiento que esto sí tiene que ver con tu hijo, Maribel.

MARIBEL: ¡Eso es imposible! (Voltea a ver hacia la ventana y grita).

ANTONIETA: (Asustada) ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué tienes?! 

MARIBEL: (Tartamudeando) A...ca...bo… de… ver... a… A...lan...  por la... ventana... (Se toca el pecho).

ANTONIETA: Tranquila, tranquila. (La abraza y la sienta en el sillón) Te traeré un vaso de agua, ¿sí?

MARIBEL: (Suspira) Gracias…

Antonieta le sirve un vaso de agua. Maribel la bebe y se tranquiliza un poco.

MARIBEL: Necesito salir a confirmar si es mi hijo. (Desesperada se trata de levantar).

ANTONIETA: ¡NO! Maribel, te ves muy cansada... ¿Por qué no mejor te relajas y te vas a dormir un rato? 

MARIBEL: No puedo hacerlo, no me quiero quedar con la duda. ¡Por favor, déjame ir a ver quién era!

ANTONIETA: Esta bien, pero yo te acompaño.

Salen a ver.


ESCENA 6

Exterior de la casa.

MARIBEL: Hay manchas en el piso.

ANTONIETA: Es verdad... Muestra como un camino, sigámoslo.

Lo siguen.

MARIBEL: (Grita) ¡NO PUEDE SER! (Apuntando hacia el frente) Antonieta... ¡es Edgardo el que está ahí colgado en el pozo!

ANTONIETA: (Sorprendida) ¡Qué horror! (Se acerca al poco, seguida por Maribel) Pero, mira, (señala con el dedo) tiene como una frase en el pecho.

MARIBEL: (Acercándose más) Sí, dice: “Ya todo terminó, madre”. (Mira a Antonieta) ¿Sí fue Alan?

ANTONIETA: (Mira a Maribel) Te dije que sí era tu hijo. 

MARIBEL: Llama a la policía y diles que hemos encontrado a mi esposo muerto colgado en el pozo y que no sabemos cómo pasó.

ANTONIETA: (Marca en su teléfono) Está bien. No diremos lo de las pistas, nos creerán locas.

Salen.

TELÓN

Cuarto semestre de preparatoria, 2020.

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