domingo, 16 de mayo de 2021

Anhelando la libertad

Guiones teatrales en el antiguo Tallereando 


Víctor Alejandro Aranda Delgado


PERSONAJES

  • Sergio

  • Vicente

  • Johanna

  • Gobernador

  • Soldado 1

  • Soldado 2

  • Soldado 3

  • Soldado 4


ACTO ÚNICO


Escena 1

Una aldea subterránea, con varias mesas y sillas de cartón. Al fondo, Sergio sigue a Vicente y se ponen a platicar de pie.

SERGIO: (Exasperado) ¡Vicenteee, te dije que dejaras de causar problemas a los habitantes de la aldea! 

VICENTE: (Con voz fuerte) ¡Ja, ja, ja, ja! No te preocupes, Sergio. Algo de diversión sana nunca viene mal.

SERGIO: (Gritando y alarmado) ¿¡Qué parte de eso es sano!? Hace unos momentos estabas teniendo una competencia contigo mismo de lanzamiento de piedras y casi le revientas la cabeza al alcalde.

VICENTE: (Levantando sus brazos en el aire) ¡Ey, esto no hubiera ocurrido si hubieras aceptado mi propuesta de jugar juntos! Apaaaarte, (baja sus brazos) no le hubiera pasado nada a ese viejo. Tiene la cabeza más dura que cualquier piedra que me he encontrado. Y, si no me crees, solo mira cómo nos tiene encerrados todavía (mirando hacia arriba con determinación), aunque le he dicho una infinidad de veces que es mi deber salir a la superficie. 

SERGIO: ¡Pero, Vicente, (tocándose la punta de su dedo índice de las manos), no podemos hacer eso! El alcalde dijo que en cuanto salgamos vamos a morir, por todos los peligros.

VICENTE: ¡Oh, vamos, Sergio! Sé que solamente lo dicen para asustarnos, porque ya hay gente que ha logrado salir.

SERGIO: Es cierto, pero (preocupado) es posible que hayan… muerto.

VICENTE: (Con tono de voz elevado) ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Tonterías! Es imposible que les haya ocurrido eso... ¡Vamos, Sergio! Sé que siempre has sido algo miedoso, pero confío en tu habilidad para discernir lo correcto de lo incorrecto.

SERGIO: (Volteando hacia un lado) Si tú lo dices… Bueno, de cualquier manera, es casi imposible salir, ya que el alcalde lo prohíbe.

VICENTE: (Con confianza) Puede ser que en este momento parezca imposible, pero no caigas en la desesperación. Definitivamente llegará nuestro momento de brillar. ¡Haremos lo imposible posible!


Escena 2 

Justo cuando Vicente termina de hablar, entra Johanna. Tiene manchas de tierra en la ropa y trae consigo una carabina SMG y un rifle; a su espalda, cubierto por una tela, carga un fusil sniper. Sergio y Vicente la ven y se le acercan lentamente mientras ella habla.

JOHANNA: (A sí misma) ¡Maldición! ¡No paran de seguirme los perros del gobierno y tuve que ocultarme dentro de la aldea 16!

VICENTE: (Silba) Pedazo de mujer, ¿qué se le ofrece en esta humilde aldea?

Al mismo tiempo que Vicente habla, Sergio voltea a ver a la mujer con asombro y nerviosismo.

JOHANNA: (Ignorando sus comentarios) Hola. ¿Quién es el líder de esta aldea? Necesito platicar con él para pedir apoyo contra los enemigos.

VICENTE: (Con una mano en el pecho) Estás hablando con él.

SERGIO: (Alarmado) Oye, Vicen...

VICENTE: (Interrumpe a Sergio y susurra) Shhh, Sergio, solo sígueme el juego. Es obvio que esta mujer viene del exterior y podemos aprovechar esta oportunidad para salir con ella.

SERGIO: (Susurrando) Pero yo… (suspira y comienza a hablar en un tono de voz elevado y nervioso) ¡Ah… ah, sí! ¡El g...gran alcalde Vicente!

JOHANNA: (Tras verlos pensativa por unos instantes) Bueno, como sea. Síganme a la superficie, ya que necesito todo el apoyo que pueda obtener.

VICENTE: (Emocionado) ¡A su servicio, eeeeh!

JOHANNA: Johanna, llámame Johanna.

VICENTE: ¡A su servicio, hermosa y bella Johanna!

Johanna mira a Vicente por un par de segundos algo extrañada y luego se voltea.

SERGIO: (A Vicente, en voz baja) ¿¡Estás loco!? ¡Acaba de mencionar que hay enemigos allá afuera…  ENEMIGOS!

VICENTE: (En voz baja) ¡Oh, vamos, Sergio, no seas tan miedoso! Mira, piénsalo bien: podemos tomar esta oportunidad, que solamente tendremos una vez en nuestras vidas, o podemos quedarnos aquí abajo, tan ignorantes como siempre.

SERGIO: (Nervioso) Emmm... Honestamente, prefiero la segun...

VICENTE: (Lo interrumpe) ¡Excelente, sabía que elegirías la primera opción! (Entusiasmado) ¡Sígueme! (Comienza a seguir a Johanna),

SERGIO: (A sí mismo, suspirando) ¿Por qué estoy haciendo esto? (Sigue a Vicente)

Los tres salen.


Escena 3 

En la superficie. Hay unas rocas grandes, detrás de las cuales están Sergio, Vicente y Johanna. Vicente tiene una espada amarrada a su cintura. Un par de metros delante de ellos se encuentran los soldados 1, 2 y 3, armados

JOHANNA: (En voz baja) Ellos son algunos de los hombres del gobierno que me han estado persiguiendo desde que empezamos la rebelión.

SERGIO: (Confundido) ¿Rebelión? ¿De qué hablas?

JOHANNA: (Comprendiendo) Ah, sí. Se me olvidaba que eran de una aldea subterránea. (Orgullosa) Soy parte de un grupo de rebeldes que se levantaron en armas contra el gobierno para terminar su opresión.

SERGIO: (Confundido) ¿Nos están oprimiendo?

JOHANNA: Sí. ¿Nunca te has preguntado por qué están encerrados en esta aldea subterránea, sin oportunidad de salir? La verdad es que no son los únicos en esta situación, ya que hay varios lugares idénticos a este bajo la supervisión del gobierno. 

SERGIO: Pero, ¿por qué no podemos salir a la superficie? No tiene sentido

JOHANNA: Lo sé, pero no tenemos tiempo de averiguarlo. (Determinada) Lo importante es que nos quitaron nuestra libertad y hay que recuperarla. Pero, antes que nada, debemos zafarnos de estos tipos. (Le entrega una carabina SMG a Sergio y un rifle a Vicente) Tomen, hay una cabeza por cada uno de nosotros. (Quita la tela de su espalda y se revela un fusil sniper) Yo usaré a esta belleza.

Vicente mira su nueva arma, pensativo.

SERGIO: (Nervioso) ¿A...armas? No vamos a matarlos… ¿verdad?

JOHANNA: (Volteando hacia un lado) Lamentablemente, sí. (comprendiendo) Sé que te asusta, pero es necesario, para acabar esta opresión. 

VICENTE: ¡Oh, vamos, Sergio! Deja de ser un miedoso y conviértete en un valiente guerrero. (Emocionado) Comenzaremos nuestra travesía lidiando con estos hombres. 

JOHANNA: ¡Bien dicho! Sé que es difícil, pero piensa que es por una buena causa. Okey, (a los dos) entonces aquí está el plan: yo le dispararé a uno y cuando los otros se queden aturdidos, preguntándose qué pasó, cada uno de ustedes se encargará de un hombre. ¿Entendido?

VICENTE: Más claro que el agua.

JOHANNA: Okey, entonces empezamos en 3… 2… 

VICENTE: (Grita) ¡Ataqueeeeen! (Saca una katana de repente) ¡Muere! (Corta a Soldado 1 y se escucha el sonido de un corte hecho con metal). 

JOHANNA: (Irritada) ¡Ughhh!, no escuchó nada de lo que dije. (A Sergio, hablando con rapidez) Quédate aquí para proveer apoyo, no seas como tu amigo de allá. (Apunta a Soldado 2 y le dispara; se escucha un sonido de bala) Ya solamente queda uno. ¡Vamos, Sergio, tú puedes. 

SERGIO: (Con manos temblorosas le apunta al restante, mientras grita) ¡Aaaaaaaaaaah! (Intenta jalar el gatillo, pero no puede y se pone triste) No puedo… perdón.

VICENTE: (Gritando mientras corre al único hombre que queda) ¡Sergiooooooo! (Corta a Soldado 3 y se escucha el sonido de una espada cortando) Te encargaron esta misión y tienes que hacer todo lo posible para cumplirla.

SERGIO: (Voltea hacia el suelo, arrepentido) Lo siento, Vicente, en serio. Y lo siento también, Johanna.

JOHANNA: (Suspira) No pasa nada… Ven, vamos a seguir avanzando y dejemos esto atrás.

SERGIO: Okey…

Sergio guarda el SMG y, junto a Vicente y Johanna, empieza a caminar hacia el lado opuesto de la dirección de la aldea.


Escena 4

Se escuchan gritos y balazos en el fondo. Sergio, Vicente y Johanna llegan al palacio del gobierno. Hay una roca grande a su lado y una gran puerta delante de ellos, detrás de la cual está escondido Soldado 4. También hay unas escaleras dentro de la estructura. 

JOHANNA: (Algo cansada) Por fin llegamos al Palacio del Gobierno después de ese largo recorrido. (Mira hacia la puerta con determinación). ¡Podremos terminar con esta opresión y ser libres por fin!

SERGIO: Pero, Johanna (preocupado), ¿dónde están tus aliados? ¿Qué no dijiste que eras parte de un grupo rebelde?

JOHANNA: No te preocupes, Sergio. Ellos están peleando ahorita. ¿No te preguntaste de quiénes vienen esos gritos o por qué pudimos infiltrarnos hasta aquí tan fácilmente?

VICENTE: (Mirando a Sergio) ¡Oh, vamos, Sergio! Sabes que conmigo y esta espada (agarra su katana) es más que suficiente para lidiar con ellos.

JOHANNA: (Riéndose) Eres muy gracioso, Vicente. Miles de personas no pueden derrotar al gobernador y tú planeas hacerlo con una simple espada.

VICENTE: (Orgulloso) ¡Claro, soy el poderoso Vicente y, así como puedo derrotar al gobernador (volteando a ver a Johanna), también podré conquistar tu corazón!

JOHANNA: (Nerviosa y feliz) ¡Ah... eso l...lo veremos!

Sergio voltea a verlos con una mirada triste, pero ellos no se dan cuenta.

JOHANNA: D...de cualquier manera, hay que entrar al palacio. Ya estamos muy cerca de derrotar al gobernador, (determinada) y no pienso parar ahora.

VICENTE: (Empieza a caminar hacia la puerta) ¡Sí, sí, hay que derrotarlo! Y, después de hacerlo, (comienza a abrir la puerta mientras mira a Johanna) espero que consideres lo que di...

Suena un sonido de disparo cuando Vicente abre la puerta completamente y este se lleva las manos al abdomen. 

Vicente cae al suelo.

Sergio y Johanna gritan alterados.

SOLDADO 4: (Se deja ver complacido y riéndose) ¡JA, JA, JA, JA! ¡Maté a uno de los rebeldes! Así el gobernador me recompensará.

SERGIO: (Gritando) ¡AAAAAAAAH, no te lo perdonaré! (Comienza a correr hacia Soldado 4, desesperado).

JOHANNA: (Detiene a Sergio antes de que pueda ir muy lejos y lo jala hacia la roca que está a su lado). Sergio, (con ganas de llorar) ahora no es momento de lamentar su muerte. ¡Es hora de vengarlo y acabar con el gobierno, que es la razón por la que Vicente acabó así!

SERGIO: (Asiente con su cabeza) Sí… Tienes razón, (determinado) ¡hay que acabar con este tipo!

JOHANNA: (Mirando fijamente a Sergio) Sergio, te voy a pedir algo muy alocado, pero necesito que me hagas caso, ¿okey?

SERGIO: (Mirando a Johanna con determinación y secándose sus lágrimas) ¡Sí!

JOHANNA: Necesito que salgas y hagas como cebo, para que le pueda disparar cuando asome su cabeza... ¿Puedes hacerlo?

SERGIO: (Determinado) ¡Definitivamente puedo hacerlo!

JOHANNA: Perfecto. Entonces sal cuando te dé la señal.

Pausa.

SOLDADO 4: ¡Oigaaaan, sé que los compañeros de este tipo (señala a Vicente) siguen aquí! ¿No quieren vengarlo?

JOHANNA: (En voz baja) ¡Ahora, Sergio! (Comienza a apuntar hacia Soldado 4).

SERGIO: (Gritando, empieza a correr hacia Soldado 4, dejando espacio para que Johanna apunte con facilidad) ¡Pagarás por lo que le hiciste a mi mejor amigooo!

SOLDADO 4: (Asoma su cabeza, empieza a apuntar y habla con un tono burlesco) ¡No te preocupes, pronto te mandaré con él para que puedan estar juntos!

JOHANNA: (Le dispara a Soldado 4; suena un ruido de bala) Se confió de más...

Soldado 4 cae hacia un lado, muerto.

SERGIO: (Ignorando todo lo demás, empieza a correr hacia Vicente) ¡Vicente! (Alarmado, se tira y lo ve fijamente) ¡No, no, no… (Triste) no puedes irte así!

Johanna deja su sniper atrás, se acerca a ellos y mira a Vicente fijamente y con preocupación.

VICENTE: (Tose varias veces y comienza a hablar sin mucha energía) Je, ¿creíste que podrías librarte de mí tan fácilmente? ¡Nah!, el poderoso Vicente es mejor que eso.

SERGIO: (Feliz) ¡Vicente, sigues vivo! ¡Qué alegría!

VICENTE: (Sin energía) Sí... pero no sé... qué tanto... pueda durar… Me hizo... una herida... fatal... y no... creo... tener... mucho tiempo... de vida...

SERGIO: (En un estado de negación) ¡No, esto no puede estar pasando…! ¿Ahora quién me va a guiar...? ¿Quién me va a dar el valor para seguir adelante?

VICENTE: (Sin energía) ¡No seas... un niño…! Sabes... perfectamente... que puedes... seguir... adelante... sin mí...

Johanna mira a Vicente con más preocupación y los ojos llorosos.

SERGIO: Pero, yo no puedo hacer nada, (inclinando la cabeza) siempre soy un inútil.

VICENTE: (Sin energía) Créeme... Sergio... te he... estado... observando... por mucho tiempo... desde que... estábamos... en la aldea... y cuando... en serio... te propones... hacer algo... no hay... fuerza alguna... que pueda... detenerte... Y si eso... no es... suficiente... y sigues... sin creer... en ti, no importa... (Mira fijamente a Sergio). No creas... en ti... Cree en mí... que cree... en ti...

SERGIO: Vicente…

VICENTE: (Mirando a Johanna) Y… Johanna… lo siento... pero... creo... que no... lograré... cumplir... mi promesa...

JOHANNA: (Con una mano en la boca y voz temblorosa) ¡Tonto…! Ya la cumpliste desde hace bastante tiempo!

VICENTE: (Cada vez con menos energía) ¿En... serio...? Menos... mal... Ahora... me... puedo... ir... en... paz... Ah... y… Sergio... (voltea a ver a Sergio) no... se... te... olvide... cuidar... de... ella...

SERGIO: (Con voz temblorosa) No te preocupes, Vicente. Puedes confiar en mí.

VICENTE: (Con menos energía, mira hacia el cielo y levanta lentamente el brazo) Me... alegro... de... tener... tan... buenos... amigos... Los... estaré... apoyando… desde... el más... allá... (Su brazo cae, cierra los ojos e inclina el rostro hacia un lado).

SERGIO: ¿Vicente? (Presiona el oído contra el pecho de Vicente y grita con desesperación) ¡Vicenteeeeee! (Comienza a llorar)

JOHANNA: (Abatida) ¡Noo…! (Cae al suelo y comienza a llorar) ¡Aaaaaaaaah!

Sergio y Johanna se quedan ahí por más tiempo, observando el cadáver de Vicente y llorando por él. Después de un rato, Sergio se levanta del suelo, mientras Johanna sigue tirada.

SERGIO: (Extendiendo la mano hacia Johanna, con una mirada determinada) Ven, Johanna. Es hora de partir.

JOHANNA: (Confundida) Pero…

SERGIO: (Con la mano todavía extendida) Nada de peros… Él no quisiera vernos así... Además, todavía hay una misión que cumplir... ¿o no?

JOHANNA: (Aclarando su mente) Sí… Tienes razón. (Toma la mano de Sergio) Necesitamos hacer esto… por él.

SERGIO: (Ayuda a Johanna a levantarse) No te preocupes. Con tu fuerza, la mía y… (agarra la katana de Vicente de su cuerpo y la mira fijamente) la de él, (determinado) ¡haremos lo imposible posible!

JOHANNA: Tienes razón. (Mirando hacia la puerta) Vamos.


Escena 5

Sergio y Johanna caminan a través de la ya abierta puerta y se encuentran con las grandes escaleras. Sobre estas se encuentra un hombre con vestimenta real.

GOBERNADOR: ¡Vaya vaya vaya…! (Apoya la cabeza en su mano mientras mira a Johanna y Sergio). ¿Qué tenemos aquí?

SERGIO: (Gritando) ¿Quién eres? ¡Identifícate!

GOBERNADOR: Oh… nadie importante, (comienza a mover la mano hacia su bolsillo izquierdo) ¡solamente el que acabará con su miserable vida! (Saca una granada de su bolsillo y la lanza contra ellos).

SERGIO: (Alarmado) ¡Johanna! (Abraza a Johanna y se tira con ella lo más lejos que puede de la granada).

Se escucha una explosión. Pausa.

JOHANNA: (Preocupada) Sergio... ¿estás bien?

SERGIO: (Adolorido) Sí… nada grave. Solamente es una herida superficial. (Comienza a levantarse junto a Johanna y le habla preocupado) ¿Qué hay de ti?

JOHANNA: (Agradecida) Yo estoy bien, gracias a que me protegiste con tu cuerpo.

GOBERNADOR: (Con tono burlesco y aplaudiendo) ¡Aaaauu, qué escena tan conmovedora! (Volteando a ver a Johanna) ¡Y pensar que unos momentos antes estabas profesando tu amor por el otro tipo! No lleva ni siquiera una hora muerto y ya lo estás reemplazando.

Johanna mira hacia un lado avergonzada.

GOBERNADOR: (Voltea a ver a Sergio) Y tú, señorito, (con tono burlesco) ¿no te da pena traicionar a alguien que llamabas tu mejor amigo? Apenas se murió y ya estás acercándote a su amada, De seguro buscabas que falleciera desde hace mucho tiempo para que te la pudieras robar, ¿verdad? (Riéndose) ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

SERGIO: (Mirando al gobernador con furia) ¡Cállate! ¡No conoces a Vicente! ¡Entonces, no tienes derecho a hablar así!

GOBERNADOR: Interesante… (con tono de desprecio) ¿Dices que el mismísimo gobernador no tiene el derecho de hablar así de un mero pueblerino?

JOHANNA: ¿Gobernador? (Mirándolo con furia) ¡Así que tú eres el que nos ha quitado nuestra libertad y el que ha causado toda esta miseria…! (En voz baja) Todo es tu culpa… (gritando) ¡Todo!

GOBERNADOR: (Burlándose) ¡Uy, qué miedo! (Saca un revólver y les apunta con él) Pero, ¿qué pueden hacer desde ahí cuando no tienen un arma de largo alcance? Solamente veo una mísera espada que no sirve de nada.

JOHANNA: (Cayendo en la realidad; en voz baja) ¡Maldición, dejé mi sniper atrás!

SERGIO: (Susurrando) No pasa nada. Todavía tengo el SMG que me diste escondido.

JOHANNA: (Susurrando y sorprendida) ¿Qué? Bueno, de cualquier manera, esa arma solo sirve para corto alcance y sería muy difícil darle desde aquí.

SERGIO: (Susurrando) Ya tomé eso en consideración. Confía en mí, tengo un plan.

GOBERNADOR: (Con impaciencia) ¿Qué tanto susurran por ahí? ¡Si siguen hablando de esa forma, no me quedará otra opción más que volarles las cabezas!

SERGIO: (Con una reverencia y tono de admiración) ¡Oh, gran gobernador! ¡Simplemente estábamos hablando de lo maravilloso que sería convertirnos en sus súbitos!

JOHANNA: (Mira a Sergio algo confundida por un segundo, pero pronto se da cuenta del plan y hace una reverencia, adoptando un tono de admiración) ¡Exactamente! ¡Mi compañero y yo conversábamos sobre lo grandioso que sería servir a un gobernador tan fuerte, inteligente y guapo como usted, señor!

GOBERNADOR: (Complacido) Je, je, je… ¡Parece que por fin se dieron cuenta de su error al desafiarme! ¡Pero no se desesperen, soy bondadoso, por lo que, si juran en este instante su lealtad eterna, serán recompensados con la dicha de acompañarme!

SERGIO Y JOHANNA: (Al unísono) ¡Tiene nuestra lealtad, señor gobernador!

GOBERNADOR: (Complacido) Bien… ¡Bien! ¡Me agrada que hayan recuperado algo de inteligencia! ¡Ahora vengan (abre sus brazos hacia Johanna y Sergio), tenemos que acabar con las fuerzas rebeldes que quedan!

SERGIO Y JOHANNA: (Al unísono) ¡Sí, señor gobernador! (Se levantan y comienzan a caminar hacia él).

GOBERNADOR: (Cuando están a la mitad de la distancia de él, se dirige a Sergio) ¡Ah, una pequeña molestia, muchacho! ¡Deja esa sucia espada al lado! ¡No es que dude de tu lealtad hacia mí, (con disgusto) pero no soportaría estar en el mismo espacio que esa cosa!

SERGIO: (Aguantándose su enojo) ¡Lo haré… (Agarra su espada con el brazo derecho y se empieza a agachar mientras saca su SMG con el brazo izquierdo. Le grita al gobernador) en tus sueños! (Le dispara con el SMG; suenan ruidos de múltiples balas).

GOBERNADOR: (Alarmado, empieza a saltar y se le cae el revólver) ¡Aaaaaah! (Indignado y con piernas temblorosas, apunta el dedo hacia Sergio) ¿¡Cómo te atreves a traicionarme así!?

SERGIO: (Burlándose y avanzando lentamente hacia el gobernador) Je, ¿en serio creíste que nos convertiríamos en tus fieles súbditos? ¡Eres más tonto de lo que creía! (Llega frente a él gobernador y se detiene).

GOBERNADOR: (Desesperado, se arrodilla y junta las manos) ¡No… espera, no me mates! (Suplicando) Si me dejas vivir te daré todo lo que quieras: riquezas, mujeres... ¡Tú nómbralo y yo te lo daré!

SERGIO: (Con una mirada de desprecio) ¡Silencio, ya no quiero oír nada de esa repugnante boca! (Levanta su espada) ¡Es hora de que pagues por todo lo que has hecho!

GOBERNADOR: (Aúlla asustado) ¡Yyyyyy...!

SERGIO: (Furioso) ¡Morirás por la misma espada que llamaste sucia! (Mientras grita, corta al gobernador. Suena el sonido de una espada que corta la piel) ¡AAAAAAH!

El gobernador cae al suelo, muerto.

SERGIO: (Arrodillándose, incrédulo) Finalmente, esto se acabó… Ya no estaremos oprimidos.

JOHANNA: (Se acerca a Sergio y lo abraza con felicidad) ¡Lo hiciste, Sergio! ¡Derrotaste al gobernador…! (Aliviada) ¡Por fin podremos estar en paz, después de todos estos años!

SERGIO: (Le regresa el abrazo a Johanna) ¡Sí…! (emotivo) ¡Pero no fui yo solo, fue el esfuerzo combinado de todos…! Pero… (confundido, se suelta del abrazo) ¿ahora qué hacemos?

JOHANNA: No lo sé. Después de todo este tiempo luchando ya no sé qué es lo que sigue. Pero sí sé una cosa: (mira a Sergio con afecto) que tenemos que seguir viviendo… por todos los que han caído, pero, más importante… por él.

SERGIO: Sí… (animado) ¡sí, tienes razón! ¡No podemos desperdiciar esta vida que nos garantizó! (Mira a Johanna con afecto) Hay que seguir adelante… juntos.

JOHANNA: (Mira a Sergio con afecto) Sí.


TELÓN


Cuarto semestre de preparatoria, 2021.


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