miércoles, 19 de mayo de 2021

Miedos de infancia

Guiones teatrales en el antiguo Tallereando 


Mía Andrea Alanís Hernández


PERSONAJES

MAMÁ: Mujer de aproximadamente 35 años, trabaja todo el día y siempre está apurada. Trae uniforme del trabajo.

ESTEBAN: Es el líder, el hermano mayor. Es alto, color de cabello negro o café oscuro. Su personalidad es más madura, pero aun así se mezcla con sus hermanos al hacer travesuras.

OCTAVIO: Él es el hermano del medio. Es un poco más bajo que su hermano mayor, pelo ondulado, estilo promedio. Su personalidad es más destructiva, más engreído y mimado, pero aun así trata a sus hermanos bien.

ÁNGELES: Es más tranquila, es la hermana menor. Se ve más pequeña que sus hermanos, un metro sesenta de altura, cabello largo maleable, linda y tierna. Su personalidad es amigable, no pierde su chispa.


ESCENA 1

Recibidor de la casa. Entra la madre caminando apresurada mientras Esteban la sigue intentando detenerla. 

MAMÁ: ¿Tenemos que hacer esto siempre que te dejo a cargo?

ESTEBAN: (Protestando) Pero mamá, Ángeles y Octavio ya son lo suficiente grandes como para cuidarse solos ¿no lo crees? (Pausado y sarcásticamente) 14 y 12 años, mamá, ¡14 y 12! 

MAMÁ: (Toma las llaves de la mesa) Exageras todo lo que dices, ¿te has dado cuenta? (Sacude la cabeza) No tardaré mucho, son unos pendientes, compras rápidas, tú sabes.

ESTEBAN: (Interrumpe y grita) ¡Son desastrosos y ruidosos!  Además, tengo que lidiar con sus cambios de humor y es demasiado para mí.

MAMÁ: ¡Basta ya! Eres el mayor y confío en ti. Nos vemos. (Cierra la puerta de golpe).

ESTEBAN: (Agarra a su mamá por una pierna desesperado y suplicante) Son animales dentro de su propia jungla… ¿Cómo podré con ellos?

MAMÁ: (Lo separa de su pierna y le dice con voz autoritaria) ¡Oh! No olvides cerrar la puerta, no usar fuego, llamar a mi número en caso de emergencia y si tienen hambre hay fruta. Por cierto, necesito que recojan sus cosas del cuarto de juegos. ¿Entendido? 

ESTEBAN: (Resignado) Sí, claro… eh... entendido.

MAMÁ: (Mientras se va) Gracias, cariño. Cuídense. 


ESCENA 2

Esteban entra a un estudio donde sus dos hermanos se encuentran jugando videojuegos.

OCTAVIO: (Presionando los controles) ¡Va, va, va…sí! ¡10 puntos…! ¡Perfecto!

ÁNGELES: (Reclama en tono aniñado y cantadido) ¡Ay, eso es trampa! 

OCTAVIO: (Burlándose con sarcasmo) No es trampa si el juego me lo permite. (Saca la lengua) Además, no es mi culpa que seas tan mala jugando.

ÁNGELES: (En tono desafiante) ¡Tú querías una retas, ahora te aguantas!

ESTEBAN: (Balbuceando) Basta. 

OCTAVIO: (Burlón) ¡Ah! ¡Eres pésima!

ÁNGELES: (Molesta) ¡OYE!

ESTEBAN: (Desesperado y autoritario) ¡Basta los dos!

OCTAVIO: (Con desprecio) ¿A ti quién te llamó?

ESTEBAN: (Con tono medio enfadado) Una vez más estoy a cargo. Básicamente mi mamá me dio el permiso de decirles eso, ¡así que basta! 

OCTAVIO: Mmh... (Gira los ojos. Continúa presionando los botones) ¡Y así se gana un juego! (Levanta los brazos triunfador).

ÁNGELES: (Enfadada) ¡Eso no fue justo! 

OCTAVIO: Sí… Bueno, (engreído) ya gané y no quiero jugar más, así que ya no llores. 

ESTEBAN: ¡Perfecto! (Ordenando) Ahora que no tienen nada más importante que hacer, deberíamos limpiar este desorden. Mamá se enojará si ve este desastre suyo.

OCTAVIO: (Con desenfado) ¿Ahora? ¡No, qué flojera!

ÁNGELES: (Molesta) ¡Tú nunca haces nada, de todas maneras! Si Esteban lo dice, se hace. Conoces las reglas.

OCTAVIO: (Indignado) ¡Claro que sí!, yo siempre… ¡acomodo los cojines!

ÁNGELES: (Con sarcasmo) ¡GUAU! 

ESTEBAN: Mamá nos pidió que lo hiciéramos, no fue idea mía… Ella es la jefa, así que… (voltea a su alrededor) ¡Ángeles! Encárgate del cesto de ropa (Ángeles colecta ropa del suelo) y Octavio… los cojines.

OCTAVIO: ¡Sí!

ÁNGELES: (Sale de escena y grita aterrada) ¡AAAAHHHH!

Esteban y Octavio dejan caer las cosas que han recogido y corren a auxiliar a Ángeles.



ESCENA 3

Ángeles se encuentra acostada en el suelo de la sala. Hay una silla y una mesita cerca. Esteban y Octavio entran corriendo. 

ESTEBAN: (Alterado) ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿No te duele nada? ¿Llamo a mamá? (Piensa pausadamente) ¿Estaré castigado por esto?... (Preocupado) ¡Ay, Ángeles! 

OCTAVIO: (Gira los ojos y niega con la cabeza) Solo fue un tropezón, no es nada que no se resuelva con hielo o una pomada. No es nada, deja de exagerar. (A Ángeles) ¿Dónde te lastimaste?

ÁNGELES: (Gruñendo un poco) Justo aquí. Caí sobre mi pie casi por completo.

OCTAVIO: Okey, okey, no pasa nada. Siéntate aquí.

Ángeles se sienta en una silla.

ESTEBAN: (Preocupado) Vamos a buscar algo que pueda quitarle el dolor… o la hinchazón. Mamá me matará.

OCTAVIO: Calla y vamos por la pomada. 

Octavio y Esteban están a punto de salir, pero se escuchan golpes, así que regresan.

ESTEBAN: (Confundido) ¿También escucharon eso, cierto? 

OCTAVIO: (Balbucea asustado) Sssiiií... 

ESTEBAN: (Asustado) ¿Debería ir a ver quién es? ¿Podemos...?

OCTAVIO: (Interrumpe a gritos) ¡Estás loco! ¡Deberíamos estar protegiendo a nuestra hermana, sacando armas, cosas que podamos usar de defensa... eeeh.... aaah, algo… eeeh...!

ÁNGELES: (Grita) ¡Tú eres el loco! ¿Cómo se te ocurre? ¿Armas? ¡Eso no mata a un fantasma ni de chiste!

OCTAVIO Y ESTEBAN: (Atónitos) ¿Fantasma?

OCTAVIO: (Aterrado, con ojos muy abiertos y jalando a su hermano por el brazo) ¡Puede ser un asesino! 

ESTEBAN: (Mirándolo alterado) ¿Asesino?

ÁNGELES: (Jala a Octavio para que suelte a Esteban) Los asesinos solo salen en las películas y los programas que tú ves… (Misteriosamente) Los fantasmas no.

ESTEBAN: Los fantasmas igual…

ÁNGELES: (Con actitud de hechicera) Lo que deberíamos hacer es un círculo de sal para asustar a esa cosa.

OCTAVIO: (Hace finta con los brazos como su trajera el bate en las manos y golpeara a alguien) ¡O agarrar mi bate de beisbol para golpear al asesino!

ESTEBAN: (Moviendo las manos como para tranquilizar los ánimos) Guau, guau, guau. ¿Qué, están paranoicos? (Tratando de sonar tranquilo y ecuánime) No hay ningún asesino y no existen tales cosas como los fantasmas, Ángeles.

Se escucha otro ruido. Todos voltean hacia el lugar de donde proviene.

ESTEBAN: (Traga saliva y abre muy grandes los ojos) Sí, yo creo que mejor nos resguardamos un poco de más tiempo aquí.

OCTAVIO: (Con rudeza) ¡Debemos enfrentarlo! Si le quiere hacer daño a mis hermanos tendrá que pasar por mí. (Le toma la mano a Esteban y lo jala).

ÁNGELES: (Condescendiente) ¡Ay, eres muy lindo y toda la cosa, pero… (grita y se levanta de la silla) los fantasmas son gente muerta! (Camina unos pasos, cojea).

ESTEBAN: (Valeroso) ¡Muy bien, muy bien, suficiente! Iré a revisar. No puede ser tan malo, ¿cierto? (Voltea con Ángeles y Octavio mientras ellos asienten. Esteban espira profundo y traga saliva).

ÁNGELES: Vamos…

Los hermanos van hacia la puerta de la casa. Caminan en fila india, del más grande al más pequeño.


ESCENA 4

Los tres hermanos se encuentran frente a la puerta de la casa. Tienen el rostro aterrado. Ángeles se esconde tras Octavio.

ESTEBAN: ¿Ahora qué hacemos? 

OCTAVIO: (Susurra y se lleva un dedo a los labios) ¡Shhh! ¡No hables tan alto, que nos puede escuchar! Si es que el asesino ya entró, podría estar oyendo y siguiendo nuestras voces. (Voltea a todos lados buscando a alguien).

ESTEBAN: (Con rostro de asco, abanicando aire frente a su cara) Solo espero que él sí se lave la boca, ¡no como tú! (Lo empuja) ¡Aleja ese olor de mí!

OCTAVIO: (Burlón) Espero que lo averigües antes de que te mate. 

ESTEBAN: (Con desesperación) ¡No hay ningún asesino! Cerré la puerta como mamá me dijo. (Dándose importancia) Ya lo ven, yo soy muy responsable.

ÁNGELES: O solo un poquiiiito olvidadizo (alargando la palabra y juntando los dedos índice y pulgar haciendo seña de poco). Te recuerdo que fuiste tú (lo señala) quien me mandó por el cesto de ropa sucia, el que me hizo tropezar. (Lo amenaza) Aún me duele, ¡eh! 

ESTEBAN: Tú fuiste la que no se fijó bien. Si hubieras ido más lento, ahorita no tuvieras que cojear mientras caminas. (Le saca la lengua, enfadado).

OCTAVIO: (Serio) Ángeles, siempre estás tropezando con todo. Caíste por la culpa de un cesto de ropa sucia, no es novedad (volteando los ojos ante el absurdo).

ÁNGELES: (Llorosa) ¡Pero esta vez me dolió mucho más! Nunca me había torcido un tobillo así de horrible. (Se soba el pie y hace puchero).

ESTEBAN: (Harto) ¡Ambos paren de pelear y terminen lo suyo! Ángeles, una vez más, ¿para qué querías la sal? 

ÁNGELES: (Sabihonda y decidida) Para hacer un círculo de sal para protegerlos.

OCTAVIO: (Burlón) Si abandonas el cuarto será suficiente.

ÁNGELES: ¡Basta! (Reniega con furia y trata de golpear a su hermano, Esteban los separa).

ESTEBAN: Olviden todo eso. (Determinado) Solo demos un vistazo a la puerta. 

Suena repentinamente el teléfono de la casa.

OCTAVIO: (Asustado) ¿E...Esteban? 

ESTEBAN: (Con firmeza) ¿Sí?

OCTAVIO: Responde tú, eres el mayor. Si ese asesino nos busca, tú serás el primero (cínico) y yo tendré ventaja para correr.

ÁNGELES: ¡No, no, no, no! (Bloquea el paso a Esteban) Puede ser del inframundo. A veces los demonios consiguen entrar al cuerpo de alguien con trucos. (Con ojos desorbitados y misteriosos) Este puede ser uno de ellos. 

ESTEBAN: O tal vez, solo tal vez, es mamá. (Mientras se acerca al teléfono) Probablemente busca algún recibo o algo por el estilo. 

ÁNGELES: (Intentando detenerlo) ¿Qué estás haciendo?

OCTAVIO: (Asustado) ¡No, no, no, no, no, no…!

ESTEBAN: (Levanta el teléfono) ¿Sí...? ¿Hola… bueno...? (Tapa la bocina del teléfono asustado) ¡Es mamá! (Octavio y Ángeles se tapan la cara con expresión de susto. Esteban continúa la conversación, tartamudeando) ¿Que llevas más de diez minutos tocando...? No, no te oímos. (Serio) No, no estábamos jugando encerrados... (Apurado) ¡Sssiiií, ahora mismo! (Cuelga el teléfono y voltea hacia sus hermanos) ¡Vamos, ayúdenme rápido, mamá está furiosa! (Angustiado) ¡Seguro nos castiga! 

Corren los tres a la puerta.

MAMÁ: (Entra furiosa) ¡No es posible que no hayan escuchado! ¡Toqué con todas mis fuerzas, intenté llamarlos, pero no contestaban! 

ÁNGELES: (Aliviada, abraza a su mamá) ¡Menos mal que eres tú! ¡Créeme, es una laaaarga historia!

OCTAVIO: (Afirmando con la cabeza) ¡Muchísimo muuuuyyyyy larga!

MAMÁ: (Enfadada y enérgica) ¡Órale, pues, bajen las cosas que tengo en el carro! (Ángeles y Octavio salen) Buen trabajo, hijo. (Le acaricia la cabeza a Esteban y le sonríe con dulzura).

ESTEBAN: (Se encoge de hombros y sonríe) Hago lo que puedo.

Se cierra el telón.


Cuarto semestre de preparatoria, 2018

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