martes, 4 de junio de 2019

Uno de los mejores días junto a Dios



Llegábamos a la escuela como un día normal, solo que con nuestras maletas, y no con uniforme, sino con ropa de salir. Tocó el timbre a las 7:00 en punto. Hicimos la formación como de costumbre. El director mencionó que los de segundo grado saldríamos a una casa de retiros y volveríamos hasta el 7 de febrero. Hicimos activación, y la maestra dijo: “¡Rompan filas!”, y nos fuimos al salón. Nosotros (segundo A) al número 3.

Tuvimos Formación Cívica y Ética a la primera hora. El profesor hizo equipos para un trabajo, también pregunto quiénes iríamos al retiro. Nosotros nos levantamos. El profesor José Soto llegó y dijo que las personas del retiro saliéramos, para revisar que nuestras maletas no tuvieran aparatos electrónicos. A las 8:30 o más tarde, todos los segundos grados ya estábamos revisados y listos para irnos. Cinco minutos después partimos. Nos subimos al camión y nos fuimos.

Creo que fue suerte, o no sé, pero sentada en el camión al frente de mí estaba mi novia. No hablamos, ya que ella estaba hablando con sus amigas. A la persona que estaba a mi lado no la conocía muy bien, así que tampoco hablé con él.

En el camión no hablé para nada. Una o dos veces me pegué, por culpa de las calles de Mexicali. El camino fue muy aburrido.

Llegamos a la casa de retiro Emaús. Bajamos nuestro equipaje y lo dejamos a un lado. José nos llevó a unas mesas y dijo que desayunáramos todos los grupos, separados en A, B y C. Empezó lo divertido, mis amigos y yo jugando y riéndonos, nadie más estaba haciendo tanto desastre como nosotros. Seguimos jugando y comiendo.

Mientras jugábamos llegaron dos compañeros del segundo B. Les preguntamos qué querían. Ellos contestaron que querían que Reyna (yo) fuera con su novia. Volteé a la otra mesa y ella me estaba mirando. Les dije a mis amigos que iría con ella y ellos respondieron que estaba bien.

Fui con ella y empezamos a platicar. mientras desayunábamos,

Luego José dijo que fuéramos con él. Llegamos y nos pidió que segundo A se apuntara en una hoja y que cada uno pusiera con qué personas iba a dormir. A mí me tocó con mis compañeros Ojeda y Singh. Después de que segundo A se anotó siguieron el B y el C.

Llegamos a nuestros cuartos, acomodamos nuestras cosas y estuvimos media hora platicando o jugando. Cuando esa media hora terminó, José nos dijo que fuéramos a una sala, donde tendríamos platicas. Yo me senté al lado de mi novia. Empezaron a hablar y el tema era sobre el amor. La verdad me sentí algo incómodo, pues estaba junto a mi novia.

Durante el día tuvimos muchas más platicas; casa vez se puso menos incómodo. Después de tres o cuatro pláticas más, empezó una de las mejores cosas de todas: un mini-rally. Los monaguillos ayudaron y ellos hicieron las actividades. A mí me tocó ayudar en la última actividad: consistía en dar vueltas con un bate dependiendo de su edad. La verdad, fue muy divertido.

Lo demás fueron solo pláticas. En la noche pusieron una película y la miré con mi novia. Ésa fue otra de las mejores partes, ya que nunca había visto una película junto a ella. Posterior a eso fuimos a dormir.

Al día siguiente nos levantamos y bañamos, después fuimos a desayunar. Terminamos de comer y tuvimos el día libre.

Ya al final, José nos habló para entrar a la capilla, donde iban a estar presentes nuestros padres. Entramos y tuvimos la misa, hablamos sobre lo aprendido en el retiro, lo cual era amor. Acabada la misa nos retiramos de la casa de retiros, y cada uno nos fuimos a nuestro hogar.

Fue uno de los mejores días de mi vida, y lo mejor, que fue al lado de Dios.


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